L'Observatoire de Paris, el observatorio astronómico más antiguo todavía en funcionamiento, fue diseñado en 1667 durante el reinado de Luis XIV. Su creador, el arquitecto Claude Perrault, era el hermano del conocido escritor de fábulas, Charles Perrault.
En su interior, es posible caminar sobre el meridiano de París, es decir, a exactamente una distancia de 2° 20' 13,82" al este del meridiano de Greenwich. Nunca unas pisadas habían estado tan milimetradas. Fueron los estudios de Jacques Cassini y François Arago quienes lograron determinar el meridiano de Francia, utilizado después para realizar la primera cartografía del país de su época.
Y, en lo alto de su cúpula, un inmenso telescopio. Una reliquia del pasado que lleva varios siglos acercando los hombres a las estrellas.
Revivir un complejo sistema de engranajes de más de cuatrociendo años para girar toda la cúpula y el telescopio en una insaciable y apasionada sed de planetas. Descubrir que se mueven más rápido de lo que a simple vista parece, capturar su imagen nítida entre tu pupila y la lente, admirarlo unos minutos antes de que se vaya de nuevo y pasar el mango del telescopio al siguiente buscador de tesoros celestes.
Son dos los planetas que brillan en el cielo en agosto, Saturno y Venus. Al anochecer, Venus en el oeste y Saturno en el sudoeste.
Una soirée distinta, especial, unas horas privilegiadas en un sencillo apéro (puede que el mejor hasta la fecha) sobre los tejados de la ciudad que nunca duerme, sobre sus luces desafiando el brillo de las estrellas.