Nostalgia.
Es impresionantemente fácil caer en la nostalgia. Basta pensar en el día de ayer, en el erasmus, en la universidad, en los años de colegio mayor, en el momento en que aprendimos a andar en bicicleta.
Pero, sobre todo, la nostalgia acecha con más fuerza que nunca cuando, de repente, nos estancamos de nuevo, no sabemos por dónde tirar y lo más fácil y recurrente es mirar al pasado, pues allí todo nos parece mejor, más amable, más seguro, aquellos "buenos tiempos" que ya no volverán...
Fotos, sonrisas, reencuentros, cartas de amor, promesas, risas, una canción... Todo se convierte en una boya, en un salvavidas de emergencia cuando nos sentimos naufragar, cuando buscamos algo a lo que aferrarnos perentoriamente.
Pero hay algo mucho peor que la nostalgia, y es la añoranza de aquello que nunca ocurrió, de lo que pudo haber sido y no fue, de esos sueños que se han quedado congelados en el tiempo. Esa es la nostalgia a esquivar, a no permitir que eche raíces en nuestros corazones; pues se corre el riesgo de que se afiance como un lastre pesado que reduce el movimiento y hay que seguir avanzando, pase lo que pase, siempre hacia delante.
Et alors, como bien leí una vez, en el momento justo y necesario (aprovecho para recomendar el libro de "Saber perder" de David Trueba), non piangere, coglione, ridi e vai!!!
Tutto è possibile per chi non si arrende e difende il sogno che ha, mentre il sole che scende saluterà!
Es impresionantemente fácil caer en la nostalgia. Basta pensar en el día de ayer, en el erasmus, en la universidad, en los años de colegio mayor, en el momento en que aprendimos a andar en bicicleta.
Pero, sobre todo, la nostalgia acecha con más fuerza que nunca cuando, de repente, nos estancamos de nuevo, no sabemos por dónde tirar y lo más fácil y recurrente es mirar al pasado, pues allí todo nos parece mejor, más amable, más seguro, aquellos "buenos tiempos" que ya no volverán...
Fotos, sonrisas, reencuentros, cartas de amor, promesas, risas, una canción... Todo se convierte en una boya, en un salvavidas de emergencia cuando nos sentimos naufragar, cuando buscamos algo a lo que aferrarnos perentoriamente.
Pero hay algo mucho peor que la nostalgia, y es la añoranza de aquello que nunca ocurrió, de lo que pudo haber sido y no fue, de esos sueños que se han quedado congelados en el tiempo. Esa es la nostalgia a esquivar, a no permitir que eche raíces en nuestros corazones; pues se corre el riesgo de que se afiance como un lastre pesado que reduce el movimiento y hay que seguir avanzando, pase lo que pase, siempre hacia delante.
Et alors, como bien leí una vez, en el momento justo y necesario (aprovecho para recomendar el libro de "Saber perder" de David Trueba), non piangere, coglione, ridi e vai!!!
Tutto è possibile per chi non si arrende e difende il sogno che ha, mentre il sole che scende saluterà!