Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

viernes, 21 de diciembre de 2012

Aurora borealis

Cuenta una anciana leyenda finlandesa que los zorros árticos corrían por los montes lapones golpeando la nieve con sus colas. La inaudita velocidad de su carrera hacía soltar chispas en cada golpe con la nieve, dando lugar a un espectáculo de luces brillantes en el cielo, es decir, las auroras boreales.


Según los antiguos griegos, Aurora, diosa del amanecer, se enamoró perdidamente de Bóreas, el dios del viento del norte, y como consecuencia de su unión en el firmamento surgió un amor tan tan tan bello que para inmortalizarlo nacieron las auras boreales en el cielo.

No sé vosotros, pero si el mundo no se acaba, como así espero que sea, no pienso morirme sin ver antes el cielo vestido de rojo, verde y azul plateado.


Donde la poesía es de colores y baila al ritmo de Bóreas.



sábado, 1 de diciembre de 2012

Le mois de la photo



Paris y su vorágine cultural constituyen el antídoto ideal contra la invasiva nostalgia del otoño y la incipiente monotonía del invierno.

Esta vez, el turno fue de la fotografía. Durante un mes, numerosas galerías esparcidas por los arrondissements de Par
ís abrieron sus puertas para exponer colecciones de lo más variopintas, la mayoría, en forma de vernissages. No hay nada como asistir a una inauguración para compartir al artista con una copa de champán y llegar a comprender mejor su obra.

De entre ellas, me quedo con la reinterpretación animista de la realidad en los corazones de arcángeles de Jean-Paul Ferret de la galerie Octobre (24 rue René Boulanger, 10ème).

Para contrarrestar la inminente deshumanización que nos rodea, Lefret decide darle un alma y un nuevo corazón a nuestra realidad, un corazón que nos es entregado por una serie de j
óvenes vírgenes.   El vestuario, los colores, la luz, nada escapa a su particular simbología animista.

Un entorno: el metro. Un ambiente frío, hostil, reservado. Una frágil niña envuelta en ropajes de colores clamando por esa falta de luz y de diálogo, con una corona de luces de navidad y un corazón luminoso cual faro que intenta guiar a los pasajeros en la oscuridad de su viaje.
Jean- Paul Lefret: Subway. 2007. © Jean Paul Lefret - 06/2007 - Icône 26
Un escenario, los disturbios de la cité des Bosquets. Un año, 2005, un departamento, el 93. Un edificio surcado de antenas parabólicas,  en el que, sin embargo, sus habitantes no se hablan entre ellos. Frente a él, un arcángel clama esa falta de diálogo con un corazón de cobre entre sus manos, material de reputado uso en la fabricación de los cables de comunicación. 
Jean - Paul Lefret: Parabole. 2010. © Lefret - 09/2010 - Icône 07 -
El frenesí de las compras. Una pequeña arcángel se alza estoica ante el torbellino de carros de la compra y pasos apurados. En su mano sostiene un corazón hecho con retazos de conocidas marcas.
Jean - Paul Lefret: Hyper. 2010. © Lefret - 02/2010 - Icône 06 -
Contaminación y pureza. Un rostro cincelado de ternura de espaldas a la humeante destrucción. En sus manos eleva al cielo un corazón de terciopelo carmesí.
Jean - Paul Lefret © Lefret

Una elocuente y sutil crítica colmada de dulzura e inocencia.