Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

viernes, 28 de marzo de 2014

Dédicace éternelle



No salieron jamás
del vergel del abrazo.
Y ante el rojo rosal
de los besos rodaron.

Huracanes quisieron
con rencor separarlos.
Y las hachas tajantes
y los rígidos rayos.

Aumentaron la tierra
de las pálidas manos.
Precipicios midieron,
por el viento impulsados
entre bocas deshechas.
Recorrieron naufragios,
cada vez más profundos
en sus cuerpos, en sus brazos.

Perseguidos, hundidos
por un gran desamparo
de recuerdos y lunas,
de noviembres y marzos,
aventados se vieron
como polvo liviano:
aventados se vieron,
pero siempre abrazados.

 
MH




Que en tu país vecino aprecien y admiren a un gran poeta se agradece, y aquí dejo constancia de ello. 

Para que aquellos galos no hispanoparlantes puedan descubrirlo y disfrutarlo:



"Miguel Hernández avait les entrailles nouées à la terre et la tête contre les chaudes mamelles de ses chèvres. De là tous les tressaillements du monde lui parvenaient. Lui le petit paysan « à la tête de patate », savait dire au vent et aux hommes le pouls des choses qui battent, des hommes qui souffrent."




"Sa vérité d'homme fit sa vérité de poète, portant en lui trois blessures: d'amour, la mort, de la vie. Et surtout les blessures de son peuple. Sa joie d'écrire en gravant dans sa tête les mots avant de les coucher sur papier, lors de ses longues marches, se transmet dans la passion de ses mots. Sa liberté insolente, son authenticité profonde, son éthique qui lui fera refuser toute compromission même pour sauver sa vie, en font une figure inaltérable de poète debout, de l'homme debout. Un homme solidaire et solaire, ardent artisan des mots." 

sábado, 22 de marzo de 2014

Paris insolite (II)


Salir de casa queriendo ver una exposición. No queriendo hacer la cola, ir a ver otra, sin saber todavía cuál.

Vélib bajo el sol de París. Antojo de pizza aux truffes en una pequeña tratoria siciliana de la rue Montorgueil. Cruzar ensuite el barrio de Sentier hasta los Grands Boulevards.  



Callejeo de rue Montergueil, rue Saint Denis, rue des petits carraux, rue de Cléry, rue de Hauteville, esas calles beatíficas tan incomprensiblemente inmunizadas del fragor de coches y la vorágine parisina. Llenas de boutiques insolites y pequeñas tiendas de épicerie fine, en donde el tiempo se detiene para degustar un buen vino y un pedazo de salchichón fait maison. Pequeño vistazo al Hôtel Bohème, y desembocar finalmente en el faubourg Poissonière. Tropezar con una librería d'occasion y proseguir la ruta con Ionesco, Le malade imaginaire, Le portrait de Dorian Grey, La jeune fille de la perle y solo tres euros menos en el bolsillo (algo que sin duda es barato en París, son los libros. Sin olvidar las pintas en happy hour). Antojo de helado y café y de hojear esas nuevas adquisiciones.


Continuar la ruta hacia el 17éme, Iéna. Bajar por la avenida du Président Wilson y descubrir el Palais Galliera, magnífica construcción neo-renacentista coronada por una tiara de columnas helénicas. Esta antigua sala de exposiciones de pinturas, ahora consagrada a la moda, guarda el honor de haber albergado en sus muros obras de Utrillo, Rouault, Matisse, Chagall, Buffet, Picasso, Léger, Braque, Kisling, Gromaire 


Y finalmente llegar a nuestro destino, un templo al arte contemporáneo, el Palais de Tokyo. Considerable edificio de la época colonial, de gigantescas columnas custodiando una terraza con vistas al Sena y a la torre Eiffel.




Que si a finales de este año voy a echar de menos París? Eso me dicen, cada vez más a menudo.

Releo este post y me doy cuenta de que lo voy a echar de menos mucho, muchísimo.



sábado, 15 de marzo de 2014

Savoie acueillante



Un cielo azul empañado de nieve.

Un pueblo perdido entre las montañas. 
Respirando un aire puro desde Saint-Colomban, en Maurienne, Savoie.

Un inmenso e imparable manto blanco de nieve. Un frescor de alta montaña que combatir con un buen fuego de leña, a la m
ás vieja usanza.



En el inmenso domaine skiable Les Sybelles, hay un recóndito rincón, la estación de Saint Colomban des Villards. Frente a ella, hay una casa de piedra y madera, un cálido hogar rodeado de nieve.

Una pista roja a la que enfrentarse y sobrevivir gracias a la "poudreuse" almidonando cada caída, y a la ingente masa de copos de nieve enmascarando el pánico de la pendiente.

Darlo todo hasta que las piernas no responden (y es que abusar del chasse-niege tiene sus consecuencias) y, a la sazón, llega el ansiado  premio: parada técnica en el albergue de alta montaña. Deshacerse de botas, guantes y abrigo. Degustar una cerveza junto al fuego y decirse "ha merecido la pena".

Frío y calor vuelven a ser aliados.


Le soir, disfrutar de la tierna, insólita, espontánea y copiosa acogida de la gente del pueblo, muchos pertenecientes a la misma familia, en un banquete improvisado y relativamente multitudinario. De su guiso de carne con aligot, la fondue de queso casero, de sus historias de chamois, de su tradición de licores caseros. Supongo que el ser amigos de uno de ellos, favorece la integración inmediata. 

Y ya en el camino de vuelta, una vez descendidos hasta la ladera, contemplar desde el valle al beatífico sol iluminando las montañas nevadas en Le Bourget-du-Lac. Y del déjéuner frente al lac du Bourget (o Lac d'Aix).

Sol, nieve, lago y montañas. 
Car il faut s'échapper de temps en temps de Paris pour prendre de l'air pur.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Sang et feu


Daniel, convertido en un miliciano de la revolución, luchó como los buenos. Y murió batiéndose por una causa que no era suya. Su causa, la de la libertad, no había en España quien la defendiese”.



Tres líneas que delatan la agonía humanista del autor. Lejos de ideales políticos y desde una visión puramente ética, aquella que defiende el derecho intrínseco a cada ser humano de definir su propio camino, de vivir su vida libremente, en concordia con los demás, y luchar por lo que cree sin coacciones ni amenazas de muerte por parte de sus semejantes. Que el derecho primario y fundamental de que la vida de un hombre sea más compleja y no forzosamente limitada a dos bandos, la posibilidad de realizarse humanemente sin necesidad de escoger entre la carnicería de rojos o fascistas.

Cuando dos extremos aniquilan la humanidad de toda noble causa. Cuando con el fin de conseguir una España unida se desunen lazos de sangre, amistades, camarader
ías. Cuando con el fin de lograr la paz y estabilidad se desata una guerra cruenta que amordaza corazones y aleja en el tiempo y la distancia las reconciliaciones. Cuando la histeria colectiva y el fanatismo destruyen el librepensamiento y el miedo es más fuerte que el amor a la vida.

"A sangre y fuego", de Chaves Nogales. Una reelectura que nunca está de más. 

Un objetivismo abrumador. Un sentido dolor de su patria desquebrajándose. El valor de reconocer, en pleno 1937, a contracorriente, que una guerra cuyo fin es una dictadura (comunista o fascista, pero una dictadura al fin y al cabo) no es una guerra que merezca ser luchada, alabada ni respaldada. 

Una prosa desgarradora y soberbia dotada de un realismo extremo.