“Daniel, convertido en un miliciano de la revolución, luchó como los buenos. Y murió batiéndose por una causa que no era suya. Su causa, la de la libertad, no había en España quien la defendiese”.
Tres líneas que delatan la agonía humanista del autor. Lejos de ideales políticos y desde una visión puramente ética, aquella que defiende el derecho intrínseco a cada ser humano de definir su propio camino, de vivir su vida libremente, en concordia con los demás, y luchar por lo que cree sin coacciones ni amenazas de muerte por parte de sus semejantes. Que el derecho primario y fundamental de que la vida de un hombre sea más compleja y no forzosamente limitada a dos bandos, la posibilidad de realizarse humanemente sin necesidad de escoger entre la carnicería de rojos o fascistas.
Cuando dos extremos aniquilan la humanidad de toda noble causa. Cuando con el fin de conseguir una España unida se desunen lazos de sangre, amistades, camaraderías. Cuando con el fin de lograr la paz y estabilidad se desata una guerra cruenta que amordaza corazones y aleja en el tiempo y la distancia las reconciliaciones. Cuando la histeria colectiva y el fanatismo destruyen el librepensamiento y el miedo es más fuerte que el amor a la vida.
"A sangre y fuego", de Chaves Nogales. Una reelectura que nunca está de más.
Un objetivismo abrumador. Un sentido dolor de su patria desquebrajándose. El valor de reconocer, en pleno 1937, a contracorriente, que una guerra cuyo fin es una dictadura (comunista o fascista, pero una dictadura al fin y al cabo) no es una guerra que merezca ser luchada, alabada ni respaldada.
Una prosa desgarradora y soberbia dotada de un realismo extremo.
Totalmente de acuerdo con el primer párrafo.
ResponderEliminarEn este país se está llegando de nuevo a ese separación de las dos españas, poco a poco, tristemente. Ahora hay más cosas que nos unen y sabemos convivir en armonía, pero hay muchos "animales" que no quieren ver eso y sólo quieren desestabilizar.
Los extremos se tocan