"Transcurrían en silencio como dos viejos esposos escaldados por la vida, más allá de las trampas de la pasión, de las burlas brutales de las ilusiones y los desengaños: más allá del amor.
Pues habian vivido juntos lo bastante para darse cuenta de que el amor era el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más cerca de la muerte.
(...)
Y ante su dominio invencible, su amor impávido, lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites."
Un amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo, un amor tan intenso como insensato. Un amor que desafiaba clases sociales y convencionalismos abstractos. Un amor de matrimonio y de amante noviazgo. Un triángulo amoroso ambientado en la Cartagena de Indias de principios del s.XX basado en hechos reales, en los testimonios del padre y de la madre del propio autor.
Un amor que, sin ser del todo realista, está impregnado de su realismo mágico. Un amor pasional y humano.
"Se puede estar enamorado de varias personas a la vez, y todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna".
Un amor insistente hasta el final que supo ser recompensado.
Y al fin se hicieron trizas los corazones con un amor de principiantes feroces.
Ese amor por el que merece luchar cada día.
"El problema del matrimonio es q se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay q reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno."
Un amor escondido, ese que buscamos hasta la extenuación sin darnos cuenta a veces de que siempre lo hemos tenido.
"Es increíble como se puede ser tan feliz durante tantos años, en medio de tantas peloteras, de tantas vainas, carajo, sin saber en realidad si eso es amor o no."
Una prosa ágil y de desbocada ternura, desgranando historias y amores sin fin con humor y nostalgia. Un corazón cómplice, de cuya memoria se dice que "elimina los malos recuerdos para magnificar los buenos, y gracias a ese artificio logramos sobrevellevar el pasado".
Y como dejó escrito en su libro por el padre de Florentino Ariza en uno de sus cuadernos, un pasado 17 de abril de este mismo año nos dejó también su autor con un solo dolor, o quizás no...
Ahora no puedo esperar más que su fortuna se haya confabulado con su parka.
"Lo que más me duele de morir, es que no sea de amor."