Un cielo azul cobalto envuelve, como papel de celofàn gastado, los rayos del sol.
Me encanta pasear por París y perderme por sus calles y descubrir cada vez un rincón nuevo. Como el barrio de le Marais, lleno de galerías de arte de todo tipo, pequeñas y grandes, exhuberantes y humildes, de cafés de terrazas entrañables, de tiernos y audaces recovecos.
Voy caminando y pienso. Pienso en lo que he visto y en lo que he hecho y sobre todo en lo que me queda por ver y hacer. Pienso en ese alimento esencial del alma humana que es el arte, sea cual sea su expresión, desde un grafitti en un muro cualquiera hasta una ópera. Pienso que aunque mi perfil sea ingenieril hay veces que quiero huir de ese estigma y dejarme llevar por el encanto de la ciencia inexacta, por el poder de la palabra lejos de la rectitud matemática.
Creo que cualquier expresion artística estaría vacía de no ser por el sentimiento que proyecta en cada uno de nosotros. Así pues, unos versos de Miguel Hernández son capaces de penetrarme hasta lo mas hondo y a ti, lector espontáneo, dejarte indiferente. He ahí la magia del arte, su increíble personalidad y la conexión que proporciona entre almas de distintas épocas, países y culturas. Atemporal pero instantáneo, universal pero personal, compartido y solitario.
Sin embargo, y pese a tanto sentimiento compartido que genera en cada uno, es la soledad lo que motiva e inspira al artista. Como yo ahora mismo, que, solitaria, decido escribir estas palabras con el único fin de acercarme a vosotros y a mí misma más de cerca al releerlas.
El arte sconvolta, apasiona et fait sourir l'âme.
Como bien dijo Keating en "El club de los poetas muertos":
"We don't read and write poetry because it's cute. We read and write poetry because we are members of the human race. And the human race is filled with passion. And medicine, law, business, engineering - these are noble pursuits and necessary to sustain life. But poetry, beauty, romance, love - these are what we stay alive for.”
Nunca mejor dicho.
Y nunca me había sentido tan a mi aire, tan inspirada como ahora. Puede que, después de todo lo vivido, el recomenzar de cero, el empezar una nueva vida desde el principio te haga sentir diferente, libre. Más pasional que nunca, más poeta.
También hay que reconocer que París es arte.
"¡Oh Capitán/a! ¡Mi Capitán/a!" ;)
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