Y, como no cabía esperar de otra manera, Interpol estuvieron magnifiques, con traje y corbata negros sobre una camisa blanca y un juego de luces azules en el escenario; y la amenaza de lluvia cada vez más lejana. El recuerdo en directo de una perla lejana (gracias por descubrirme tantas cosas buenas, Thel). Teloneros de los Artics que hicieron vibrar a todos los presentes durante hora y media bajo un cielo sin estrellas.
Todo para finalizar con The Wombats, en un pequeño escenario en plena foresta del Parque Saint-Cloud (un parque digno de mención que el mal tiempo no nos dejó disfrutar en condiciones) y mucha energía, haciendo partícipe al público de cada canción con algo de francés chapurreado.
Azul, salchichotas, unos hoyuelos venidos del polo norte, el cielo gris brillante, pastis y compota de manzana con pistachos pero sobre todo rock, mucho rock.