Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

sábado, 24 de noviembre de 2012

Salon des vins...

...et des vignerons indépendants !

Dos fechas clave a recordar: finales de marzo y finales de noviembre. Dos fechas que forman parte del programa des Vignerons Indépendants, una asociacion vinícola encargada de promocionar y velar por los pequeños productores de vinos en Francia.

Gracias a la etiqueta con el logo de dicha cooperativa, sabemos que el agricultor se compromete a cuidar su tierra, recojer su uva, cultivar y elaborar su vino, embotellarlo en su propia bodega, comercializar sus productos, perfeccionar el arte de su elaboración artesanal y, lo más importante, aconsejar durante la degustación, promover y enseñar a apreciar su vino, y sobre todo, disfrutar haciéndolo.

Esta última prerrogativa es la base del Salon des vins. Cientos de stands enarbolando los colores de su región, sus tipos de uva y sus botellas descorchadas prontas para la degustación.


Y sentir el regusto a madera de cerezo iluminando el paladar de un Bordeaux Montagne St Emilion, o des notes beurrés de un Graves Blanc Ducasse (Vignobles M. et J. Perromat) envolviendo la boca. La sublime dulzura de un Sauterne Château le Juge, elegante y discreto. Que un sorbo de blanco deje un magnífico regusto chocolateado. Inspirar, cerrar los ojos y sentir el café y la tierra en un Côtes du Rhône. Distinguir colores, olores y cepas. Cerrar los ojos e imaginar los sabores que nuestro productor afirma, asegura y persevera ha vertido en nuestra copa. Apreciar el cariño diluido en la bebida que derrochan algunos vinicultores. Todo es posible.

Mención especial a un blanco moelleux nacido a orillas del Loira, un Coteaux-de-l'Aubance (2011) del que se dice "aux aromes complexes de fruits confits qui offre une suave nervosité à une délicate onctuosité". La poesía inconsciente que nace en la copa y fluye hacia el esófago. El arte hasta ahora desconocido de degustar el vino.

Vive les vins de France !

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Autobiographie



No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.

Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.

¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.

No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires.
¡Ay, sí, no respirar! Dar el no a todos los nos.
Y descansar: morir.


Desde el más tierno e inocente comienzo del uso de razón hasta el fin de nuestros días nos llenan la vida de consignas, de aprobaciones implícitas y de prohibiciones tajantes e inmisericordiosas.

Inconscientemente, desde que ponemos dos pies sobre la tierra nos sitúan al inicio de un camino preconcebido elaborado a base de preceptos ancestrales culturales y sociales, de convenciones no tácitas, de lo que se resume en las cuatro palabras "de toda la vida".


Sin embargo, es ahí donde reside nuestra unicidad intrínseca, donde decidimos dar el "no" a aquellos "no" que atenten contra nuestra esencia. Y respirar, sí, respirar, respirar la libertad de ser nosotros mismos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Chez moi (III)


Del 5 al 9.

Del 9 al 11.

De nuevo un maletón azul que se desplaza por París.

De la ópera Garnier a la ópera de la Bastilla. Del Boulevard Haussman al boulevard Beaumarchais

Entre el canal y la Sena.

Del bullicio "non-stop" de los grandes bulevares de brasseries y épiceries siempre abiertas, pubs y vorágine de turistas esparcidos por doquier; a la concentración de ambiente en dos calles, la rue de Lappe y de la Roquette.

Hacia el este, a dos "pasos de mula" (au fait, rue de pas de mule) de la armonía del Marais y su place de Vosges, del falafel con té, de sus galerías de arte improvisadas, sus jardines recónditos y sus terrazas de ensueño, sus tiendas estrambóticas y gourmets, ses bar à vins con entrecôtes XXL y sus cafés librería.

Hacia el sur, a dos pasos de l'île de Saint-Louis, de las magníficas vistas de Nôtre-Dame desde el quai de Bourbon o el quai d'Orléans, de los anfiteatros junto al Sena de apéro y bailes de Jussieu o la contemplación del atardecer desde la terraza del instituto del mundo árabe.

Y hacia el norte, a dos pasos de ParmentierOberkampf, de l'Alimentation Générale, del Udo-Ufo, del P'tit Garage, de l'Onze Bar, l'Orange Mécanique, l'Ethnika y les Fabricants (magnífico magret de canard!).

Un rêve de chez moi accompli
Balcón, enormes ventanales donde recibir la luz a borbotones, un salón de colores lleno de libros, té y de música con un coin coussin concevido para la relajación instantánea, vitrocerámica, bañera, una jauría de plantas y, sobre todo, espacio para un bureau donde desatar el ansia creativa de mi musa.


¿Que pedís, que no escriba o que no viva? 

Haced vos con mi pecho que no sienta, 
que yo haré con mi pluma que no escriba.

Lope de Vega

jueves, 8 de noviembre de 2012

Deux ans sur Paname


Uno más uno, dicen que son dos. Eso dicen.

Y digo dicen pues siempre pensé que hay que dudar un poco de todo, puesto que eso nos hace un poco más sabios. No en vano decía Ortega i Gasset que, siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas.

Pero en este caso efectivamente son dos años los que llevo ya en mi París soñado. Dos años que en ocasiones se me antojan cinco, y otras veces, cuando me pierdo entre sus calles, tengo la impresión de ser una turista y de que fue hace tan solo un par de semanas cuando aterricé en esta ciudad llevando como única pertenencia mi famoso maletón azul en el que ahora no sería capaz de empaquetar ni un 5% de todo lo que he acumulado en este tiempo; y es entonces cuando me doy cuenta de que sí, de que efectivamente ya son dos largos años lo que aquí llevo.



Dos años descubriendo calles, bares, restaurants, rincones, música, libros, gente, comidas, gustos y aficciones. Dos años improvisando week-ends à la dernière minute. Dos años recibiendo amigos, dos años de reencuentros. Dos años de apéro. Dos años de amor, desamor... y amor. Dos años trazando recorridos en el mapa Paris-Le Monde. Dos años de sueños que poco a poco se van cumpliendo mientras la recámara se rellena de nuevas ideas a pasos agigantados. Dos años  para apreciar un buen pedazo de carne à point. Dos años para conseguir un balcón lleno de flores. Dos años de main verte y crumbles. Dos años de renovado misticismo vestido de optimismo. Dos años de vida, de romper a reír o a llorar cuando la ocasión lo requiere.


"Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, 
así de relativo es el tiempo."