París es una ciudad en constante movimiento. No solo por el tropel de gente que se arremolina cada día en las calles y en cualquier medio de transporte, o el enjambre de turistas que acosa todo objeto digno de ser fotografiado. París se mueve en exposiciones, en arte callejero, en actos, en ferias, en obras de teatro, en espectàculos, en melodías de todos los estilos y épocas...
Y París, de entre todas las artes, me encanta cómo se mueve al son de la mùsica, como lo demuestran todos los conciertos anunciados con preaviso o espontàneos al borde del Sena y que hacen de una serata cualquiera una soirée de regreso a casa con una sonrisa y la incipiente curiosidad de descubrir, de saber màs, de aspirar nuevas melodías, de despertar la colloc de Barbus esta mañana escuchando a Carlos Gardel y soñando con ser capaz de bailar al menos como Gabrielle Anwar en "Esencia de mujer".
"En el tango uno no se equivoca. No es como en la vida. Si uno se equivoca o se enreda, sigue bailando."
Al Pacino (Esencia de mujer)
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Reflexiones espontáneas