Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

miércoles, 15 de agosto de 2012

Paris insolite (I)



Salir de casa por la mañana y volver pasada la medianoche, de una forma tan natural como imprevisible.

París tiene la capacidad innata de llenar, a partir de la nada, un día de agenda vacía, y que la concatenación de planes e ideas espontáneas sean tan armoniosa como las notas de una melodía.

Cruzar París en vélib, comer y bajar paseando hasta el Sena. Sentarse a tomar un café en Paris Plages. Que comience una tímida lluvia. No aredrarse y continuar el paseo hacia les Invalides, a lo largo de los quais del Sena, con parada en cada caseta de libreros antiguos, con la compra de uno de ellos. Et oui, j'ai craqué, comme d'hab'.

Y llegar hasta Boulogne, a los jardines de Albert Khan, meta de una exposición hace tiempo ansiada, de una ilusión, la de un viaje hace tiempo soñado, único vestigio remanente de un amor descarrilado.


Pasar de Japón a Francia o Inglaterra, de jardín en jardín, entre senderos y un césped impoluto. O entrever el cielo azul elevando la vista en el bosque dorado, el azul y el vosgienne.  

Mongolia
La sola cadencia de sus tres sílabas evoca el viaje, la aventura, la inmensidad de sus estepas crujiendo ante el galope de los nómadas sobre sus caballos, la noche estrellada sobre las yurtas

La exposición de fotos La Mongolie entre deux ères: 1912-1913 nos muestra una Mongolia lejana y próxima, de lo que fue y lo que ya no es, lo que se destruyó y lo que perdura. Y sobre todo, la cultura intrínseca de los descendientes de Gengis Kan que amenaza con desaparecer.



Y ponerse de nuevo en camino para aprovechar la happy hour del atardecer con una cerveza en terraza en République y terminar, al caer la noche, como dos reinas con una tumbona y una mantita en Porte de Pantin, disfrutando del cine bajo las estrellas.



"París responde a todo lo que el corazón desea. Uno puede divertirse, aburrirse, reír, llorar o hacer lo que se le antoje sin llamar la atención, puesto que miles de personas hacen otro tanto... y cada uno como quiere."
Frédéric Chopin



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Reflexiones espontáneas