Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

domingo, 7 de diciembre de 2014

Saignant - Rosé



Dos palabras que, francamente, nunca pensé que diría con tanta soltura.
Lejos queda aquella mirada recelosa y, sobre todo, desdeñosa del camarero, visiblemente irritado al escuchar mi voz decir entrecôte/bavette/pavé/faux filet/magret à point, s'il vous plaît (después, claro está, de asegurarme que prácticamente se negaba a servírmelo bien cuit, la cual había sido mi primera opción).

Para aquellos carnívoros, parisinos y visitantes, recomiendo:
Pavé de boeuf en la Brasserie Flo (cour des petites écuries, 9ème), magret de canard en Les Fabricants (rue Jean-Pierre Timbaud, 11ème), Entrecôte y su fantástica salsa en le Relais de l'Entrecôte (6ème, 14ème), y, como colof'on, una magnífica côte de boeuf en Le Restaurant (rue Véron, 18ème) o en la antípodas en el portugués Pedra Alta en Boulogne.




PS1. Todas mis excusas a aquellos lectores vegetarianos o veganos por el contenido de este post.

PS2. Las autoridades sanitarias y la conciencia ecológica que todos deberíamos tener recomiendan comer carne con moderación. Además, el no abusar de los placeres y reservarlos para ocasiones especiales hace que estos sean aún más exquisitos.



domingo, 16 de noviembre de 2014

Paris insolite (III)


París renace en cada hangar abandonado, en cada uno de esos muros que parecían decrépitos y abandonados.

La Flèche d'or, una sala de conciertos entre os muros de la antigua estación de tren Charonne.
Su nombre viene del antiguo tren que, a principios de s.XIX, comunicaba cada día las estaciones de Paris-Nord y Londres-Victoria.
Situada en el 20ème arrondissement, la enorme cristalera de su sala de conciertos se abre hacia unas vías olvidadas por el hombre y reconquistadas por la naturaleza.




Siguiendo la misma línea de recuperar antiguas estaciones de tren abandonadas, se encuentra lREcyclerie.
Este bar-restaurant retoma la gare Ornano, situada a la salida de metro de Porte de Clignancourt, en el 18ème. 
Tanto esta como la estación de Charonne, en desuso desde 1934 formaba parte de la Petite Ceinture de Paris, una línea de tren intramuros que comunicaba las estaciones más importantes.


Ahora es un espacio luminoso, verde y ecológico, y para hacer honor a su nombre, todo lo que lo decora y adorna está reciclado o es de segunda mano.
Con una granja urbana en proceso de construcción, un huerto y otra sala de enorme cristalera con mesas para comer, beber o acoger talleres artísticos o sociales, conciertos, mercadillos...
Y, para el buen tiempo (o, simplemente la ausencia de lluvia con una bufanda), la terraza exterior se extiende a lo largo de las vías, frente a un huertecillo del que se nutre sus propuestas de menú vegetarianas...


Y para terminar, bajando de vuelta hacia el sur de París, una pequeña parada en le Supercoin, un bistrot "pop-rock" de cervezas artesanales. La carta es más que amplia, por ello recomiendo ir más de una vez ;)





domingo, 9 de noviembre de 2014

Manuel Rivas à Paris


Nada me gusta más que esos planes inesperados y espontáneos, sobre todo si tratan de ver, escuchar e incluso darle dos besos a uno de tus escritores favoritos.

Reorganizar la agenda para acudir rauda al Instituto Cervantes de París, a la presentación de la publicación de otro libro suyo, "Tout es silence".

Y escuchar de donde salió cada historia, cada frase, cada anécdota que había pasado desapercibida a los ojos lejanos del lector. De descifrar con él todos esos símbolos que a veces solo el autor conoce y raras veces desvela, ese camino que recorrieron las ideas por su cabeza antes de posarse en las líneas de un libro.

El mar como un personaje más, presente siempre como un telón de fondo visible e invisible al mismo tiempo, protagonista implícito de la historia y espectador mudo y atento de ella.

La oportunidad de hablarle y rescatar con él, quien escribe cada una de sus historias en su lengua materna, la misma que la mía, esa apolillada lengua gallega latente en mi interior.



“La boca no es para hablar, es para callar.”

“El mar da la vida y da la muerte. Habla por sí mismo. Su sonido se reconoce y siempre habla de recomenzar. Habla a través de signos, es un hablar iconográfico, habla con lo que transporta, lo que llega, lo que desplaza o lo que vomita. El mar habla con signos y cada cosa que expulsa es el signo de una época. Aquí el mar empezó echando naranjas y acabó echando muertos, entre los dos llegaron fardos de cocaína
".

Todo es silencio, Manuel Rivas


jueves, 30 de octubre de 2014

Barro


Me llamo barro aunque Miguel me llame.

Barro es mi profesión y mi destino

que mancha con su lengua cuanto lame.


Soy un triste instrumento del camino.

Soy una lengua dulcemente infame

a los pies que idolatro desplegada.


Como un nocturno buey de agua y barbecho
que quiere ser criatura idolatrada,
embisto a tus zapatos y a sus alrededores,
y hecho de alfombras y de besos hecho
tu talón que me injuria beso y siembro de flores.

Coloco relicarios de mi especie
a tu talón mordiente, a tu pisada,
y siempre a tu pisada me adelanto
para que tu impasible pie desprecie
todo el amor que hacia tu pie levanto.

Más mojado que el rostro de mi llanto,
cuando el vidrio lanar del hielo bala,
cuando el invierno tu ventana cierra
bajo a tus pies un gavilán de ala,
de ala manchada y corazón de tierra.
Bajo a tus pies un ramo derretido
de humilde miel pataleada y sola,
un despreciado corazón caído
en forma de alga y en figura de ola.

Barro en vano me invisto de amapola,
barro en vano vertiendo voy mis brazos,
barro en vano te muerdo los talones,
dándote a malheridos aletazos
sapos como convulsos corazones.

Apenas si me pisas, si me pones
la imagen de tu huella sobre encima,
se despedaza y rompe la armadura
de arrope bipartido que me ciñe la boca
en carne viva y pura,
pidiéndote a pedazos que la oprima
siempre tu pie de liebre libre y loca.

Su taciturna nata se arracima,
los sollozos agitan su arboleda
de lana cerebral bajo tu paso.
Y pasas, y se queda
incendiando su cera de invierno ante el ocaso,
mártir, alhaja y pasto de la rueda.

Harto de someterse a los puñales
circulantes del carro y la pezuña,
teme del barro un parto de animales
de corrosiva piel y vengativa uña.

Teme que el barro crezca en un momento,
teme que crezca y suba y cubra tierna,
tierna y celosamente
tu tobillo de junco, mi tormento,
teme que inunde el nardo de tu pierna
y crezca más y ascienda hasta tu frente.

Teme que se levante huracanado
del blando territorio del invierno
y estalle y truene y caiga diluviado
sobre tu sangre duramente tierno.

Teme un asalto de ofendida espuma
y teme un amoroso cataclismo.

Antes que la sequía lo consuma
el barro ha de volverte de lo mismo.

Miguel Hernández
30 de octubre 1910 - 28 marzo 1942

Miguel nos dice como lo único que hará transformar a esa persona y no ser únicamente barro, va ser el sentimiento de amar. Y en el poema vemos representado como símbolo del amor, “la huella”, que al pisar el barro, transformará a Miguel en alguien personificado. Finalmente, vemos que se nos muestra el sentimiento de tristeza del autor, por falta de amor. 

De barro somos y gracias a ese barro nos moldeamos, nos hacemos únicos.

Como Bar, y Ro, que siendo una sola, siendo Barro, son dos personitas singulares que cuando no se leen el pensamiento, se complementan.

Porque hay muchas formas de amor, como el amor y la pasión para perseguir, construir y crear sueños, amor hacia la palabra escrita, amor para hacer del mundo un lugar mejor, amor para luchar sin descanso por una imperecedera alegría.




sábado, 25 de octubre de 2014

Du dimanche



Dominguero. 

Domingueros.

Chouffeur du dimanche, dicen por aquí.

Me encanta como suena esa palabra, puro reflejo de una buena parte de la idiosincracia española, la cual, intrínseca como es a cada uno de nosotros, no nos ha costado importarla a París.

Cambiando el metro por la bici. El sol por la lluvia, las prisas por un andar perdido entre el 2ème, el 4ème y el 11ème.

Domingo puramente otoñal de comida y café. 

Sencillo y risueño. 
Donde la lluvia no es excusa para sacarnos de casa y juntarnos. Para cebarnos a gusto con un buen montagnard, reír y aunar las versiones de cada uno sobre la noche anterior.

A sunday smile :)





miércoles, 15 de octubre de 2014

Liberté excentrique


"A decir verdad, sea cual fuere el homenaje que se pretenda, o que se tribute incluso, a una superioridad mental supuesta o verdadera, la tendencia general de las cosas en el mundo es hacer de la mediocridad la potencia dominante entre los humanos. En la antigüedad, en la Edad Media, y, en grado menor, durante la larga transición del feudalismo a los tiempos presentes, el individuo representaba por sí mismo una potencia, y si poseía un gran talento o una posición social elevada, esta potencia llegaba a ser considerable. Hoy los individuos se hallan perdidos entre la muchedumbre. En política resulta casi una trivialidad decir que la opinión pública es la que gobierna al mundo. El único poder que merece este nombre es el de las masas, o el de los gobiernos, que se hacen órgano de las tendencias e instintos de las masas. Esto resulta tan verdadero para las relaciones morales y sociales de la vida privada como para las transacciones públicas. Esas opiniones que se acostumbra a llamar opinión pública no siempre constituyen la opinión de una misma clase de público. En América, está compuesta por toda la población blanca; en Inglaterra, lo está simplemente por la clase media. Pero siempre por una masa, es decir, una mediocridad colectiva. Y lo que constituye todavía una mayor novedad es que actualmente las masas no reciben sus opiniones de los dignatarios de la Iglesia o del Estado, ni de algún jefe notable, ni de ningún libro. Su opinión proviene de hombres que están más o menos a su altura, que, por medio de periódicos, se dirigen a ellas y hablan en su nombre acerca de la cuestión del momento.

No es que me queje de que esto suceda. Tampoco afirmo que haya algo mejor que sea compatible, como regla general, con el bajo nivel actual de la mente humana. Pero ello no impide que el gobierno de la mediocridad sea un gobierno mediocre. Nunca llegó el gobierno de una democracia, o el de una aristocracia numerosa, a elevarse por encima de la mediocridad, ni por sus actos políticos, ni por sus opiniones, cualidades, o tono mental que fomentase, excepto allí donde el soberano "Muchos" se dejó guiar (como siempre lo ha hecho en los tiempos mejores) por los consejos y la influencia de "Pocos" o de "Uno" mejor dotado y más instruido. La iniciación a todas las cosas prudentes y nobles viene y debe venir de los individuos, procediendo, generalmente al principio, de un individuo aislado. El honor y la gloria del hombre corriente consisten en poder seguir esta iniciativa, en tener el sentido de lo que es prudente y noble, y en dirigirse a ello con los ojos abiertos. Yo no recomiendo aquí esa clase de "culto del héroe", que aplaude a un hombre de genio poderoso porque tomó a la fuerza el gobierno del mundo, sometiéndole, aun a pesar suyo, a sus mandatos. A lo más que debiera aspirar un hombre así es a la libertad de mostrar el camino. El poder de forzar a los demás a seguirle, no sólo es incompatible con la libertad y el desenvolvimiento de todo lo demás, sino que corrompe al mismo hombre fuerte. Parece, sin embargo, que cuando las opiniones de masas compuestas únicamente de hombres de tipo medio llegan a ser dominantes, el contrapeso y el correctivo de sus tendencias habrá de ser la individualidad más y más acentuada de los pensadores más eminentes.

Es, sobre todo, en circunstancias semejantes, cuando los individuos de excepción, en vez de ser cohibidos, deberían ser instigados a obrar de modo diferente de la masa. Antiguamente esto no suponía ninguna ventaja, a no ser que obraran de modo diferente, y de modo mejor también. Ahora, el simple ejemplo de no conformidad, la simple negación a arrodillarse ante la costumbre, constituye en sí un servicio. Precisamente porque la tiranía de la opinión considera como un crimen toda excentricidad, es deseable que, para poder derribar esa tiranía, haya hombres que sean excéntricos. La excentricidad y la fuerza de carácter marchan a la par, pues la cantidad de excentricidad que una sociedad contiene está en proporción a su cantidad de genio, de vigor intelectual, y de coraje moral. El principal peligro actual estriba en el poco valor a ser excéntricos que muestran los hombres."


Sobre la libertad, John Stuart Mill


De todos es sabido que no es fácil, por no decir imposible, ser excéntrico en nuestra sociedad tan determinista y abocada sin remedio al métro-boulot-dodo con que algunos definen la tónica diaria parisina, la cual, al fin y al cabo, no es más que un paradigma estándar común a cualquiera gran ciudad.

Y no es el excentricismo quien está infravalorado, sino el ser humano y todas sus singulares cualidades inherentes a él.

Otra lectura y análisis cuya falta se hace palpable en la ausencia de pensamiento crítico que nos rodea. Aunque sólo sea por probar, pon un poco de excentricidad y humanismo en tu vida.

Pequeño homenaje a ese genio excéntrico, el gran filósofo humanista Stuart Mill.



domingo, 14 de septiembre de 2014

On n'est pas sérieux...



On n'est pas sérieux quand on a dix-sept ans. 
- Un beau soir, foin des bocks et de la limonade, 
Des cafés tapageurs aux lustres éclatants ! 
- On va sous les tilleuls verts de la promenade. 

Les tilleuls sentent bon dans les bons soirs de juin ! 
L'air est parfois si doux, qu'on ferme la paupière ; 
Le vent chargé de bruits - la ville n'est pas loin - 
A des parfums de vigne et des parfums de bière... 

II 

- Voilà qu'on aperçoit un tout petit chiffon 
D'azur sombre, encadré d'une petite branche, 
Piqué d'une mauvaise étoile, qui se fond 
Avec de doux frissons, petite et toute blanche... 

Nuit de juin ! Dix-sept ans ! - On se laisse griser. 
La sève est du champagne et vous monte à la tête... 
On divague ; on se sent aux lèvres un baiser 
Qui palpite là, comme une petite bête... 

III 

Le coeur fou Robinsonne à travers les romans, 
Lorsque, dans la clarté d'un pâle réverbère, 
Passe une demoiselle aux petits airs charmants, 
Sous l'ombre du faux col effrayant de son père... 

Et, comme elle vous trouve immensément naïf, 
Tout en faisant trotter ses petites bottines, 
Elle se tourne, alerte et d'un mouvement vif... 
- Sur vos lèvres alors meurent les cavatines... 

IV 

Vous êtes amoureux. Loué jusqu'au mois d'août. 
Vous êtes amoureux. - Vos sonnets La font rire. 
Tous vos amis s'en vont, vous êtes mauvais goût. 
- Puis l'adorée, un soir, a daigné vous écrire... ! 

- Ce soir là,... - vous rentrez aux cafés éclatants, 
Vous demandez des bocks ou de la limonade... 
- On n'est pas sérieux, quand on a dix-sept ans 
Et qu'on a des tilleuls verts sur la promenade. 

29 septembre 1870


On n'est pas sérieux non plus, des fois, quand on a vingt-huit ans...


sábado, 30 de agosto de 2014

Plan bar (I)



Para aquellos que pensaban conocer bien París y todas sus estaciones y líneas de metro, aqui viene un nuevo reto:


Si tengo que trazar un intinerario, que sea este, el que comprende mi esquina favorita de París: comer en la Recyclerie, degustar una cerveza nueva en el Supercoin, tomar un café en el Café A, y empezar en apéro en Chez Jeanette y el Comptoir Générale.

Desde ahí la ruta se prolonga hacia el UFO y la Fine Mousse, donde degustar otra cerveza nueva con alguna plancha. Continuar en el Tiki Lounge y acercarnos hasta el Bar Ourcq para ver anochecer en el canal, echar una partida de petanca y picar algo. Y, ya de noche, Pont Ephemère y acabar la soirée en el Glazart.



Dicho lo dicho, y como dijo un celta hace ya algún tiempo, nos vemos en... los bares!



sábado, 23 de agosto de 2014

L'amour dans le temps du choléra



"Transcurrían en silencio como dos viejos esposos escaldados por la vida, más allá de las trampas de la pasión, de las burlas brutales de las ilusiones y los desengaños: más allá del amor.
Pues habian vivido juntos lo bastante para darse cuenta de que el amor era el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más cerca de la muerte.
(...)
Y ante su dominio invencible, su amor impávido, lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites."

G. García Márquez, "El amor en los tiempos del cólera"

Un amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo, un amor tan intenso como insensato. Un amor que desafiaba clases sociales y convencionalismos abstractos. Un amor de matrimonio y de amante noviazgo. Un triángulo amoroso ambientado en la Cartagena de Indias de principios del s.XX basado en hechos reales, en los testimonios del padre y de la madre del propio autor.

Un amor que, sin ser del todo realista, está impregnado de su realismo m
ágico. Un amor pasional y humano.
"Se puede estar enamorado de varias personas a la vez, y todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna".


Un amor insistente hasta el final que supo ser recompensado.
Y al fin se hicieron trizas los corazones con un amor de principiantes feroces.

Ese amor por el que merece luchar cada día.
"El problema del matrimonio es q se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay q reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno."

Un amor escondido, ese que buscamos hasta la extenuación sin darnos cuenta a veces de que siempre lo hemos tenido.
"Es increíble como se puede ser tan feliz durante tantos años, en medio de tantas peloteras, de tantas vainas, carajo, sin saber en realidad si eso es amor o no."

Una prosa ágil y de desbocada ternura, desgranando historias y amores sin fin con humor y nostalgia. Un corazón cómplice, de cuya memoria se dice que "elimina los malos recuerdos para magnificar los buenos, y gracias a ese artificio logramos sobrevellevar el pasado".

Y como dej
ó escrito en su libro por el padre de Florentino Ariza en uno de sus cuadernos, un pasado 17 de abril de este mismo año nos dejó también su autor con un solo dolor, o quizás no... 
Ahora no puedo esperar más que su fortuna se haya confabulado con su parka.

"Lo que más me duele de morir, es que no sea de amor."




La Bretagne (II) - Finistère



Paris - Quimper, y de ahí en adelante el velero/vélo/moto o, simplemente, un coche, se hace imprescindible.

Quimper, o la capital del departamento de Finistère, en Bretagne. De nuevo Bretagne.

Tan cerca y tan lejos de casa al mismo tiempo.

La uniformidad de las casas bretonas (misma estructura de muros blancos adornados de piedra, tejado de pizarra y ventanas de postigos de colores, de preferencia azul); delata el desorden gallego donde predominan la teja roja y, sobre todo, donde ninguna ley ordena un dress-code que incluye hasta recomendaciones el tipo de inclinación del tejado de pizarra.



Abandonar la comodidad de la vista del horizonte desde nuestra acogedora casa de Audierne para ir a visitar le bout du monde, la Pointe du Raz.

Y submergernos, desde lo alto de sus acantilados, en una radiante y salvaje belleza, donde las gaviotas, el viento y las olas son sus dueños inquebrantables.

Haciendo honor a su nombre, « in finibus terræ », la pointe de Raz señala el fin de las tierras galas y se abre al inconmensurable horizonte del Atlántico.


Y si, en el fondo París no tiene nada que envidiar a ese inmenso ventanal de mar abierto.




lunes, 18 de agosto de 2014

Sans frontières



"Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el sólo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política."


Lo mataron por llamarse Federico, dijo Alberti.

Lo mataron por decir abiertamente lo que pensaba en una España convulsa, dividida entre dos bandos patrióticos hasta la médula, a su manera, y sin embargo irreconciliables.

Lo mataron por puro sadismo e ignorancia, por esa creencia infame de nuestra época que promulga que acabar con las personas es la mejor manera de acabar con el "problema".

Lo mataron por su inocencia, por su deseo de reunirse con su familia en las fiestas, por su rebosante sinceridad, por la confianza que depositó hasta el final en la humanidad de sus congéneres, por no sentirse parte de aquella guerra entre hermanos.





jueves, 31 de julio de 2014

Bretagne : Côtes d'Armor



Paris - PléneufLourtuais - ErquyLe petit Saint Michel - Lancieux - Saint Malo - Rennes

Petit week end escapade vers les Côtes d'Armor, Bretagne. 
Siempre Bretagne.

Lejos del cemento y del bullicio, bajo un sorprendente cielo de mil azules y un vívido horizonte inabarcable de vida.
Con una compañía deliciosa e intrépida, y un guía excepcional. 


Unas playas semidespobladas, un encanto preservado por una colina verdescente, como la de Lourtuais.
Un agua que revive los sentidos, que despierta y espabila como sólo sabe hacerlo el Atlánticos. Un viento, ese Noroît, que sabe como nadie despeinar el cabello y amainar los espíritus inquietos. Que sabe agitar los océanos y hacer del vaivén de las olas un juego sin fin, un remanso de paz contenido en su movimiento eterno.

Anochecer y una cena en un marco incomparable, el del petit Saint-Michel. Una sencilla ermita en una colina sólo accesible en marea baja. Un pequeño Saint-Michel que no tiene nada que envidiar al grande ahogado entre turistas y comercios. Una armonía simplicista de sosegada belleza, un rincón de esperanza.


Unas auténticas crêpes bretonas deliciosas, un insuperable helado de caramel beurre salé. No se conoce el verdadero sabor del caramelo o de la mantequilla si no se ha probado el de Bretaña, con su inconfudible sabor salado, sabor a mar.

Amanecer con un capuccino de los que abren los ojos en el puerto medieval de Dahouët con sus casas de piedra, los pescadores desenmarañando sus redes, su sencillo faro apostado sobre las aguas turquesas, su olor a brea.


Après-midi en la playa de Lancieux. Marea baja y todo un paraíso de arena mojada y de finas capas de agua que se van acercando paulatinamente en cada vaivén de las olas. Alternar las palas de playa con el jugar en la orilla con las caracolillas y los cangrejos diminutos como los niños chicos. Llevar un libro y no abrirlo porque el mar, el horizonte o el rummy son más que suficientes.

Retour a la civilización suavizando el impacto con paradas en Saint Malo y Rennes. La capital de Bretagne se desvela pacífica y tranquila, lejos de Saint-Anne y la rue de la soif parece que sólo nosotros levantamos el alboroto sobre sus calles empedradas.






martes, 15 de julio de 2014

Un 14 de juillet




Un 14 de julio había que pasarlo en París, al menos una vez.

Tratando de sobrellevar el baño de multitudes en los Champs de Mars de la mejor manera posible, con la Orquestra Nacional de Francia amansando las masas.



Y disfrutar de los grandes temas de Berlioz, Wagner, Puccini o del gran Verdi y su declaración de amor, el pur ti riveggo mia dolce Aida, de Radamès al atardecer, bajo un cielo azul a los pies de la torre Eiffel.

Unas melodías capaces de hacer olvidar la fatiga y la muchedumbre sedienta de espectáculo aglutinada frente a la pantalla. 


Una cadencia envolvente de notas armoniosas elevadas hacia el ocaso...

Y para clôturer el concierto, la magnífica Obertura 1812 de Tchaikovsky prepara la escena para los fuegos desde la torre Eiffel, la cual, incandescente y vestida de patriotismo auna las luces y las estampidas de las explosiones al son de la música.



Y, por supuesto, la Marseillaise como colofón de los fuegos artificiales. 




sábado, 21 de junio de 2014

Israel & Palestine


Improvisado viaje de placer camuflado con trabajo.

Comenzando el periplo en Beersheva, una ciudad del sur de Israel donde tenía lugar el training de la empresa. Unas de las ciudades más antiguas del país que data de la época bíblica, aunque también una de las más modernizadas: apenas se distinguen los vestigios de su pasado. Cerca de ella se encuentra Tell Beerseba, uno de los tres tells bíblicos junto con MegidoJasor.  Tell significa colina, y se utiliza para designar un yacimiento arqueológico en el Próximo Oriente.

Pese a estar advertidos de que en Beersheva no había "nada", no hay nada como buscar y encontrar. Y disfrutar de unas soirées multiculturales espóntaneas y variadas.
Y es que el grupo no podía ser más heterogéneo: español, francés, filipino, mexicano, indio, americano, ruso eran las nacionalidades que había reunido la empresa en Beersheva.

Y escaparnos para ver nochecer en las afueras de Beersheva, con el sol desgranando tonalidades de rojo entre sus colinas desérticas. Improvisar restaurantes, una partida de bolos, encontrarnos con una fiesta en una especie de jardín cubierto o un concierto al aire libre un martes por la noche.

Sin querer o queriéndolo, acabamos llenando la agenda. Pero si tengo que recomendar un sitio, que sea el restaurante-bar BarBaSaba. Por su inmensa terraza iluminada, sus sofás estilo lounge a lo largo de casa mesa, su buena música y sus cervezas caseras. Por su decoración lunática y uniforme de luces y colores con unas paredes recubiertas de velas, o de antiguas casettes de vídeo y audio que empezamos a olvidar haber visto alguna vez, o de cámaras de fotos, móviles y cualquier cachivache tecnológico como placas base y ventiladores.



Pasar de hotel a un albergue juvenil. De dormir en una cama matrimonial a una colchoneta en una tienda de campaña lejos de todo glamour y confort en la azotea de una especie de nave industrial en el Overstay de Tel Aviv.




Tel Aviv (en hebreo, "la colina de primavera") es puro modernismo, pero aquí en el barrio antiguo de "Jaffa" aún se conserva algo de magia. Sus estrechas callejuelas de piedra ascienden hasta el parque de HaPisga, que junto a un teatro posee una de las mejores vistas de la ciudad, y sobre todo de la costa. La mezquita de Al Bahr, también conocida como la "mezquita del mar"domina la ciudadela y se codea con la iglesia armenia de San Nicolás.


Recorrer en una bici sin frenos y destartalada y atravesar la ciudad por todo el paseo marítimo, bien acondicionado con un amplio carril bici, sin perder de vista el mar. Y degustar un menú típico en el Goldman frente a la playa y el sol coronando el horizonte.



La magia que le falta a la moderna Tel Aviv perdura todavía en Jerusalén, con sus callejuelas estrechas y sus muros colmados de historias.
Lo mejor, el atardecer desde el último piso del Hospicio Austríaco, un edificio emblemático situado en el corazón de Jerusalén, sobre la Vía Dolorosa y que data de la época de las cruzadas.
Desde su terraza, mezquita, iglesia y sinagoga comparten beatíficamente por igual la ciudad.




Atravesar de sur a norte ese archiconocido lago endorreico, el Mar Muerto, recorriendo con el coche los 80 km de esa magnífica depresión de agua salada estancada. Sin embargo, su rico contenido en potasio, bromuro, yeso, sal y otro productos químicos es también su perdición, pues para su extracción es necesario evaporar artificialmente el agua.

Sentir en nuestra propia piel por qué Masada fue una ciudad fortaleza inexpugnable. Durante la primera guerra judeo-romana, la ciudad fue asediada por las tropas del Imperio Romano, sin escapatoria posible y ante la derrota inminente, los habitantes de Masada se quitaron la vida. A partir de ese momento, fue utilizada como bastión de refuerzo de las tropas romanas en Judea, posteriormente abandonada, retomada como refugio de monjes bizantinos (un bosquejo de los mosaicos de los que fue su ermita se conserva todavía) y abandonada de nuevo durante la época de las cruzadas.

Acceder a su cima coronada de palacios y fortificaciones derruidas no es nada fácil. Un angosto sendero, el "camino de la serpiente", excavado en la roca, zigzaguea la ladera de la colina a lo largo de más de 5km, protegiendo Masada con su afilada pendiente de cualquier asalto. 

La alternativa a más de una hora de caminata bajo el sol implacable, el teleférico. La vista desde lo alto, desde lo que queda de los muros y torreones decrépitos de la antigua fortaleza no tiene parangón: el desierto de Judea y el Mar Muerto en toda su extensión, con las brumas de la evaporación de todos sus sulfatos difuminando el contorno de la vecina tierra jordana.



Continuar el recorrido con una parada turística obligatoria en la famosa Mineral Beach donde una zambullida se hacía imprescindible. Un baño salado contemplando las colinas de Jordania que bordean el Mar Muerto. Y si, la sensación de flote es increíble. Y si, la lucha consiste en estar de pie, más bien, estar lo más derecho posible. Y si, llévaos un libro, no ha habido nunca butaca más cómodamente etérea.


Sin olvidar el tradicional baño de barro a libre disposición en enormes toneles junto a la orilla. Si cubrirse de barro puede ser todo un juego, dicen que además estimula la circulación y renueva las células de la piel.

La sonrisa se tuerce en la parte norte del Mar Muerto, la franja de Cisjordania, también conocida como el West Bank, donde las alambradas y los escombros de viviendas resaltan la amargura y el sufrimiento de esa tierra.

Diez días de viaje y de paz aparente, esquivando un conflicto de más de sesenta años sin por ello dejar de escuchar los testimonios de ambas partes. Sentir que una gran mayoría solo ansía la paz, y nada más que la paz.

La víspera del retorno, habiendo retrasado el vuelo de vuelta a París al máximo con ese afán de descubrir, de experimentar y de romper con la rutina sin dejar de aprovechar cada oportunidad que ésta nos proporciona.

Después de un último anochecer frente al mar desde el paseo de Homat Hayam, picoteo de humus en el rooftop del albergue mientras el ocaso se lleva consigo las últimas luces del día. La brisa marina sacude los toldos y sofoca el calor de la jornada.
Los hippies trotamundos que me rodean se cuentan su vida de aventuras mientras comparten una cachimba. Yo desconecto de todo y me imagino uno de ellos por un momento, por unas horas.



Y es que siempre es bonito volver y disfrutar de la rutina.



domingo, 15 de junio de 2014

Un baiser, qu'est-ce ?


Unos versos cautivadores, un deseo inalcanzable, relegado a ocultarse tras las palabras.


"¿Qué es un beso?
Hablábamos de un beso
La palabra es dulce
En realidad un beso ¿qué expresa?
Un juramento cercano
Una promesa sellada
Un amor que se quiere confirmar
Un acento invisible sobre el verbo amar
Un secreto que confunde la boca con las orejas
Un instante infinito, un murmullo de abejas
Un sabor dulcísimo, una comunión
Una nueva forma de abrir el corazón
De circuncidar el borde de los labios
Hasta llegar al alma".


Un amor desgraciado, incompleto, donde alma y belleza se encuentran completamente separados. Donde el amor, por una vez, no es ciego, sino que se mueve con los ojos bien abiertos y el oído aguzado.

Un amor sentido en el que, de nuevo, la vista se convierte en el mayor engaño, pues eclipsa al verdadero portador de tanto sentimiento convertido en palabras, cartas, susurros y promesas, siempre enmascarando su rostro.

Una puesta en escena fuera de lo común en el teatro Odéon, donde cordura y locura se entremezclan en esa absurda idiosincrasia de la existencia humana intrínseca a todos nosotros.


Ah ! si loin des carquois, des torches et des flèches,
On se sauvait un peu vers des choses... plus fraîches !
Au lieu de boire goutte à goutte, en un mignon
Dé à coudre d'or fin, l'eau fade du Lignon,
Si l'on tentait de voir comment l'âme s'abreuve
En buvant largement à même le grand fleuve !


Cyrano de Bergerac, Edmond Rostand




miércoles, 21 de mayo de 2014

Glorieuse Athènes




La gloria de Atenas y su espléndido pasado todavía se deja entrever entre los numerosos vestigios griegos, romanos, turcos... También fueron caballeros franceses, italianos, aragoneses y sicilianos los que ocuparon la ciudad en diversos momentos, contribuyendo todos y cada uno de ellos a su heteroéneo legado.

De sus más de 3000 años de historia destaca, sin duda, su vieja gloria por excelencia, la Acrópolis. Su acertado nombre procede de las palabras griegas "akros" elevado y "polis" ciudad, pues la Acrópolis se encuentra en lo alto de una colina erigida en medio de Atenas, portando en su cima toda la magia de su historia antigua. Desde su cumbre se divisa una buena parte de la costa y las tierras de la vasta provincia de Ática.

La ladera de la Acrópolis la pueblan los barrios de Plaka y Monastiraki, en pleno centro de Atenas. Un sinfín de casas de colores pastel que recuerdan a aquellas de Estambul bordeando el Bósforo ornamentan sus callejuelas, entre restaurantes, comercios, grandes patios y cuidados jardines. Y entre Plaka y la Acrópolis, subir por las calles empinadas un paseo por el barrio Anafiótika con sus pequeñas y sencillas casas blanca apiladas en la ladera al estilo de las islas cicladas.

Y en lo alto de la Acrópolis, su joya más preciada. El partenón se eleva, majestuoso, hacia el cielo azul. Desde allí, la vista de las columnas de mármol elevadas por el encima de la Atenas moderna, su vegetación mediterrànea de arbustos y olivos, y el mar atracando en el puerto de Pireas es impresionante. Dos mil quinientos años llevan esas columnas sosteniendo lo que queda de la morada de la diosa Atenea, protectora de Atenas.


Y es que lo que queda es aquello que no fue trasladado al museo de la Acrópolis a modo de protección de las inclemencias del tiempo o, por desgracia para los griegos, desvalijado. Guerras e invasiones a lo largo de los siglos arrasaron con todo objeto de valor, entre ellos una soberbia estatua de Atenea de oro macizo de la que cuentan fue fundida como botín. A principios del siglo XIX, durante la dominación turca de Atenas, y como agradecimiento por su apoyo contra los franceses en Egipto, el imperio otomano regaló a Inglaterra la mitad de los ornamentos del Partenón: doce estatuas, una cariátide y el friso que se alzaba sobre sus columnas. Ni la diplomacia ni el "derecho a la tierra" han conseguido, de momento, devolver nada a Atenas.

Frente al Partenón se encuentra el templo de Erecterion, famoso por su balaustrada de cariátides desafiando estoicamente las inclemencias del tiempo y la rapiña.




Descendiendo la ladera de la Acrópolis, siguiendo las ruinas de piedra esparcidas por doquier, se llega al Agora antigua, el centro de toda la actividad política, administrativa y comercial de la griega Atenas. Solo se conservan los cimientos de los edificios, y es ahí cuando la imaginación toma el relevo.


Lejos del centro, la ciudad se la disputan unos edificios modernos, bloques de cemento de grandes ventanas y poco glamour, salpicados de lo que otrora fue una majestuosa casa de estilo colonial de la época de la dominación turca, y de la que ahora solo quedan sus majestuosas ruinas. Las calles llanas son escasas y abundan las cuestas empinadas y las numerosas cajas de aire acondicionado en cada balcón. Las iglesias ortodoxas rezuman de adornos hasta la saturación, vidrieras de colores y doradas imágenes icónicas.

La historia se entremezcla con la mitología hasta quedar completamente unidas.

Saborear esos momentos únicos entre las ruinas de lo antiguo y lo moderno. Cenar a los pies de la Acrópolis, bajo la tenue luz de sus focos, las velas y las estrellas. Disfrutar del calor de la tarde en la terraza del Fresh hotel o del lento anochecer desde la terraza del Restaurante-Coktail Bar "360°" situado en un último piso, elevado sobre Plaka y la Acrópolis. Perderse por las calles y sobre todo las callejuelas de Monastiraki a la caza y captura de terrazas y conciertos. De pitas y Mithos durante el día, y de MithosBackgammons y conciertos al caer la noche.


Desde Pireas hasta Voula. Bordeando la costa con el tranvía descubriendo playas, calas, pequeños pueblecillos olvidados del trajín de la ciudad y del turismo. 




Sencillez y dejadez en lo que fue una de las ciudades estado más poderosas del mundo antiguo.






Desde Voula, y para rematar la costa oeste de Ática que da al mar Egeo, continuar la ruta hasta e
l parque nacional del cabo Sounion, frente a la isla de Makronisos, y ver cómo al anochecer los últimos rayos del sol perfilan la silueta del templo de Poseidón situado en uno de los más altos acantilados del cabo.




Cuenta la leyenda que el héroe Teseo, hijo del rey Egeo, había prometido a su padre informar de su victoria con el Minotauro de la isla de Creta izando velas blancas en el barco de regreso. Si, por el contrario, era derrotado, el barco izaría velas negras. Mas quiso la fatalidad que Teseo, victorioso y apresurado por regresar a casa, olvidara izar las velas blancas. El rey Egeo, al ver llegar el barco de su hijo con velas negras, preso de dolor, se arrojó desde lo alto del precipicio al mar. En su honor y en su recuerdo, se denominó Mar Egeo, y en señal de respeto y adoración se le construyó un templo al dios del mar, Poseidón.





Place me on Sunium's marbled steep, 
Where nothing, save the waves and I
May hear our mutual murmurs sweep;
There, swan-like, let me sing and die: 
A land of slaves shall ne'er be mine— 
Dash down yon cup of Samian wine!

Lord Byron (1788–1824)