Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

lunes, 21 de marzo de 2011

En attendant Godot



Seguro que màs de una vez os habéis encontrado en esta tesitura. Con ganas de iros, de cambiar, y al mismo tiempo con una inexplicable e ineluctable resistencia a quedaros, a esperar, a dar un voto de confianza a la vida.
En 1952 se publicaba en París esta magnífica obra. Un sentido del sinsentido de nuestra existencia.
La bùsqueda de Godot parte de la premisa de esas clàsicas preguntas que todos nosotros, sin excepción, nos hemos planteado alguna vez, y que son: quiénes somos en realidad, de dónde venimos, y, sobre todo, ¿adónde vamos?

La respuesta a esas preguntas es tan difícil de encontrar porque para ello debemos tensar por igual las cuerdas que sostienen la poesía y la razón
, y aunar ambas fuerzas como lo hicieron los protagonistas de la obra, Estragon y Vladimir, para encontrar una solución. Y aquí se plantean otras preguntas: ¿una solución? ¿qué solución? ¿es que acaso existe una solución que perseguir y alcanzar? ¿qué conlleva esa solución? Y la lista de posibles incógnitas sería infinita.
Cuando estrenaron la obra por primera vez en París, al finalizar el primer acto la mitad del pùblico abandonó la sala. Y es que el teatro del absurdo no es fàcil de digerir, sobre todo si nos resistimos a permitir que nuestra mente vaya màs allà y se aleje del orden establecido. Yo misma he de reconocer que cuando vi esta obra por primera vez me revolví en mi asiento con cierta intranquilidad; porque no entendía nada y porque es una obra muy larga que requiere paciencia. Paciencia y atención, y, sobre todo, ganas de reflexionar después de verla.
“Que voulez-vous?” pregunta muy acertadamente Estragon en medio de la pieza, deteniendo el argumento bajo un concepto de suspense que acuciará a los protagonistas hasta el final de la obra. Y es que entre tanta cuestión existencial sobre el quién y el adónde, lo màs importante es saber el cómo, el qué queremos.

Porque, ¿qué es la vida? La vida es una constante angustia sobre el incierto futuro. Y nosotros, ¿qué somos? En su novela
Diario (lectura recomendada, gracias Mr. RAE), Palahniuk dice que no somos màs que pedacitos de materia colocados en el modo correcto. Y ahora es nuestro turno de combinar los colores de la paleta de nuestra existencia para crear el mejor de los bocetos y desafiar a la inspiración para lograr una obra maestra.

El curso de la vida nos arropa con esa agonía de no saber qué serà de nosotros tanto personal como profesionalmente, si llegaremos a tener esa casita con jardín que tanto ansiamos y envejeceremos de un modo pacífico y tranquilo junto a la persona amada. Proyectamos todas nuestras dudas y sueños en el presente para lograr la clarividencia del futuro. La bùsqueda de un logro vital, un bien superior que dote de sentido a nuestra existencia.

Y he ahí donde nos encontramos esperando a nuestro Godot particular, una liberación en contra de la verdad universal en la que nos hemos educado. La complejidad que va màs allà de un simple
cogito ergo sum. Para Beckett, la bùsqueda del sentido de la vida nace de la base del miedo que nos produciría una vida sin sentido.

¿Qué nos queda, pues? Esperar a Godot con una sonrisa, y aprender a saborear cada pedazo de incerteza cotidiana. Y no dejar de plantearnos nunca la pregunta fundamental de
que voulons-nous?
Y llegados a este punto, je me demande, et que veux-je, moi?


P.D. Especial mención al grupo de teatro "No es culpa nuestra" por una sublime representación, la cual, a pesar de los años transcurridos, todavía perdura con fuerza en mi memoria.


1 comentario:

  1. Espectacular entrada. Te noto muy profunda y trascendental últimamente, las musas te deben estar provocando un tifón...

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Reflexiones espontáneas