Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

viernes, 31 de diciembre de 2010

Merci

Recuerdo que hace unos pocos meses sólo deseaba que este año se acabara cuanto antes y esperaba con ansia un 2011 lleno de ilusiones, de nuevos proyectos, de armonía.

La semana pasada, sin embargo, sumida en mis meditaciones mientras cruzaba la estepa castellana en bus, llegué a la conclusión de que no, de que este año ha sido más que excepcional y no lo cambiaría por ningún otro y de que, quitando algún que otro mal trago, me ha encantado todo lo vivido. Y, sobre todo, todo lo aprendido. He seguido mis instintos y me he dejado guiar por los latidos de mi corazón con los ojos ciegos, y a pesar de todo lo criticable puedo decir con orgullo que ahora mismo estoy donde quiero, haciendo lo que quiero, con quien quiero y que non, je ne regrette rien.

2010
se quedarà grabado por siempre en el calendario de mis recuerdos. Ha sido un año de grandes cambios: fin de erasmus, fin de universidad, primer empleo y consecución de un sueño y un objetivo: vivir en París y ... el otro es demasiado personal para escribirlo aquí.
Pero sobre todo, más que ninguna otra cosa, lo que puedo decir que le debo al 2010, y que para siempre quedará grabado en la impronta de mi retina, es que me ha enseñado a valorar lo que tengo. Me ha hecho ver que estoy a un sólo paso del paraíso, y que ese paso es sólo un trago de valentía y un impulso de optimismo. Y que estoy rodeada de gente excepcional que no dejará nunca de sorprenderme, de alegrarme y de hacer brotar de nuevo mi sonrisa cuando todo parece perdido.

Modo nostàlgico-sentimentaloide ON:

Gracias. Gracias a Thel y Mike por el mejor fin de semana del año, por el coolness y nuestra alianza guadalupana; a mis queridos UIMP's (Agu, Ric, Dvd, Zo, Mery) por nuestra maravillosa cadena de mails y porque no importa que nos juntemos dos veces al año, cuando lo hacemos lo damos todo; a Sergio por acogerme en lo bueno y en lo malo y descubrirme el fishmarket; a Borja por su servicio de Urgencias de risoterapia, un finde magnífico en Darmstadt y presentarme siempre a gente increíble; a Duby por aguantarme y cuidar de los pas; a Mery por su alegría y por mi futuro desayuno del 4 de febrero en París; a Marion y Diego por recibirme con un aviso de horas de antelación y hacerme sentir que el tiempo no pasa; a Laura y Sandra por su reciclaje y ànimos; a Pablo y Marina por escucharme, abrazarme, darme todo el calor de un segundo hogar, porque con vosotros me siento como con nadie, en casa; a Ane por nuestras escapadas improvisadas en Hamburgo y Berlín y los baklavas más ricos; a Carlos por sus palabras superbonicas y todos sus mails de "teching"; a Martita porque no importa en qué parte del mundo esté ni en qué continente me ilumina el alma aunque sea verla por webcam y continuar vía Skype todos nuestros sueños imposibles; a Maria y Mada por nuestras cenas de chicas; a Jaime porque es capaz de sacarme siempre una risa sincera y sorprenderme con su prosa elitista; a Sara y Antía por escucharme y por hacer todo un tour de force por venir a verme; a Hanne y Aline por su generosidad y optimismo; y a mi mitbewohner Brian por estar ahí cuando más he necesitado un abrazo y hacerme reír como nadie, a nuestros queridos y más fieles okupas del 6A 81 Juan, Javi, Pedro, Carlos y Albert por iluminarme el día a día desde el sofá, y al resto de mi familia alemana con casa propia Anna, Santi, Esther, Mónica, Pau, Jose por nuestros viajes y comidas y sobre todo por haber hecho del 2010 un año muy muy especial.
Y un trop bien merci a Alejandro, Elena, Andrés, Andrei, Jérémy, Rémi, Nico et Kevin por su màs que cariñosa acogida en París.

Me encanta dejar unas horas del 31 de diciembre para pensar, para reflexionar. Y creo que esta es la primera vez que entre mis reflexiones no entra ningún propósito para el 2011, ninguna meta especial. Ya las tengo todas, y sobre todo tengo el principio de
courage necesario para realizar las que me asalten los próximos meses. Y no desviarme nunca de lo que me dicte el corazón. Lo que realmente siento ahora es que no me falta nada y que no necesito ningún proyecto excepcional para ser feliz, ya que mi mayor ilusión es juntarme de nuevo con vosotros en París, Madrid, Barcelona, Sevilla, Pamplona, A Coruña, Lisboa, Honduras, Río de Janeiro, Atlanta, París, Trondheim, Padova, Berlín, Nantes, Roma... París!!??

Y con estas palabras me despido y procedo a prepararme para despedir en condiciones este inolvidable 2010.
Modo nostàlgico-sentimentaloide OFF.

Let's go party!!!!


viernes, 24 de diciembre de 2010

De retour aux sources


A veces las horas más largas de bus pueden ser todo un regalo, sólo hay que saber apreciarlo. Y apoyar la cabeza contra la ventana y dejar la mente sobrevolar el paisaje, liberando las ideas que hierven con el vaivén de la carretera.

Pasamos todo el día asediados por la televisión, el ordenador, el móvil, el trabajo, el mp3, el mundo en general… ¿cuánto tiempo de tranquilidad disponemos para nosotros mismos, para ordenar nuestros pensamientos, analizarnos y entendernos mejor?

600 km que se traducen entre 7 y 8 horas de bus son una buena medicina contra el ajetreado modo de vida occidental, sólo hay que saber sacarles partido. E intentar vaciar la mente al son de una serenata de Mozart con unos violines que peinan la melancolía con la agudeza de su melodía. La música clásica tiene el tacto especial de que nos deja a nosotros poner la letra que la acompañe y de que sus notas nos recorran la piel con la sutileza de un escalofrío. Recomiendo Piezas para viola de gamba de Marais y el allegro de la susodicha archiconocida Pequeña serenata nocturna de Mozart.

Un último retorno a los orígenes antes de acabar el año. A rozar la mar salada con mis manos confiadas. A salpicar el hogar de esperanza navideña. A finalizar este año con valentía y fuerza.

Bonnes fêtes de Noël !!

viernes, 17 de diciembre de 2010

Bleu

Salgo a la calle y camino rápido hacia el bus 38 (bleu marine) bajo el cielo azul con mi bufanda y mi gorro bleu foncé y todos esos pequeños detalles bleus que me rodean y que no voy a aburrir describiendo. Llego al boulevard Sébastopol y me dirijo hacia el enorme portalón bleu ciel de nùmero 270, cruzo un patio y llego a unas escaleras de peldaños bleu layette por donde subo 4 pisos hasta llegar a otra puerta bleu ciel. Llamo y entro en el bureau, saludo a todo el mundo y después de prepararme un café y/o té me siento en mi silla bleu électrique. Y así todos los días.

Cuando se hace un post processing de datos, un informe o retoques en Visio y la leyenda y/o iconos tienen diferentes tonalidades de
bleu (viva la escala hexagonal de 256 bits del office!) para bien o para mal, todos saben quién se ha ocupado de ello.

Y la jornada transcurre pl
ácidamente de l'heure bleu (el alba) al blue nuit cuando cae el sol, el cual mágicamente e inesperadamente esta semana ha salido todos los días, sin excepción, durante más o menos tiempo, para colorear el cielo de un azul impetuoso.

Si se pudiera dar colores a lo etéreo, dir
ía que tengo el alma bleu turquoise y la sonrisa del azul indescifrable del océano, eternamente en movimiento, cambiante con el sol y la marea pero instrínsecamente azul, siempre y comunque azul. Un azul inefable.




lunes, 13 de diciembre de 2010

Chapeau

¿Que qué tal el fin de semana? Pues chapeau. No hay mejor definición posible.

Después de una dura semana de trabajo y nieve toca un fin de semana sibarita, y parece que es sólo el comienzo de muchos como éste. Para no perder las buenas costumbres, el viernes no pude decir que no a una fiesta erasmus de arquitectura en un barco en el Sena donde acabé bailando los clasicos temazos de hoy y siempre a 1.5m bajo el fluir del río.

Como gran amante que soy del buen comer y del buen beber, el sábado tuve ocasión de asistir a una
soirée française y de goûter la fondue bourguignonne junto a una copa de buen tinto francés. Después concierto reggae improvisado por Oberkampf, al que le siguió un breve paseo a la orilla del Sena iluminado, con una conversación cuyas palabras se quedaron congeladas en el abrazo de la brisa nocturna y una vuelta a casa en vélo, disfrutando de las calles semidesiertas de un adormecido París de madrugada. Y el domingo levantarse sin prisas, con una sonrisa y un desayuno completo à midi con pain au chocolat recién salido del horno de la boulangerie. Y suena el móvil y dejas que el métro te lleve en un suspiro a Trocadéro. Y allí alguien que conociste en el avión el primer día que aterrizabas en París te informa que va a tocar con su grupo dentro de unas horas en un bar-barco frente a Nôtre-Dame, y sin tener ni idea del tipo de música que hacen convences a tu acompañante y vuelves a cruzar la ciudad para ir a comprobar que, efectivamente, hay gente que se convierte en ángeles con un instrumento entre las manos. Y que no hay nada mejor que vibrar, sonreír, bailar y disfrutar de las notas que hacen una guitarra española, una eléctrica, un xilófono, un clarinete, un chelo, un teclado, un acordeón y un violín. 17 Hippies, Kusturica y la alegre melodía de los Balcanes. Y todo eso rodeados por las mágicas luces del Sena...

Nunca se aprecia el fin de semana tanto como cuando trabajas. Cuando eres estudiante no tienes la obligación impepinable de ir a clase, y por eso cualquier día de la semana puede ser domingo si no tienes un examen al dia siguiente, y eso, la verdad, hace que no valoremos un festivo como se merece. Con todo esto puedo afirmar que, desde hace un mes, el viernes
le soir es muy especial.

Je me réveille avec un gros sourire dans des magnifiques fossettes... Plein d'énergie, plein de rêves même si j'ai pas encore des RTT suffisantes pour les réaliser, un peu fatiguée parce qu'il faut trouver le temps pour se reposer et on le trouve jamais, parce que je parle trop et, de plus, la vie est courte et le temps "s'en vol" presque sans que l'on puisse l'apercevoir...

C'est une toute petite écureuil qui court court court sans s'arrêter jamais jamais jamais n'importe les obstacles qu'elle trouve dans son chemin, n'importe que l'arbre soit trop grand pour arriver à toucher les feuilles les plus vertes. Plein d'espoir sous un ciel d'un bleu impeccable.

Il faut pas se prendre trop la tête et vivre, simplement vivre! Et surtout il vaux mieux vivre avec des remords qu'avec des regrets, alors,
qu'est-ce qu'on attend pour être heureux?!?

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Courage


Courage suena de un modo tierno, la verdad es que valentía tiene mucha más consistencia si pronuncias con fuerza la t y el hiato. Viva la lengua materna y su poder de sugestión.

Creo que ser valiente es una de las claves para todo en esta vida. No temer mirar de frente lo que nos acecha, realizar nuestros sueños, afrontar los cambios con la grazia di un adulto e non con il dolore di un bambino.

Ayer iba por la calle, ensimismada en mi música y en mis pensamientos, la mirada perdida melancólicamente en no sé dónde y, a la sazón, un chico se me acercó. Casi sin hacerle caso, pues no entendía lo que me decía, yo seguí caminando, hasta que logré salir de mi inopia y me quité los cascos que llevaba puestos y que sumados al ruido de los coches circundantes contribuía enormemente a mi sordera de ese instante. Mientras mi mente se preparaba para soltar la frase de "no me pidas que te ayude a buscar una calle que lo único que podrías hacer es que acabaras más perdido que en la medina de Fez", a mi "pardon?" entendí un "excuse-moi, mais je t'ai vue passer et j'ai pas pu éviter te parler". Mi redonda cara estupefacta de coloradas mejillas le contestó que tenía un rendez-vous y que desolée pero no podía pararme a charlar en ese momento, a lo que el muchacho muy cortés y sonriente se ofreció a acompañarme a dónde había quedado con mi amigo, el cual llegó más tarde que yo y se perdió el bochorno de mis mofletes cuyo ardor había sido rápidamente apagado por la helada nocturna.

Eso sí que es ser valiente. Y aunque yo me considero medianamente valiente, tengo su número y aún no lo he llamado. Admiro su coraje pero, no sé, no sabría explicarlo. No es que no sepa lo que quiero, lo tengo muy claro, pero no lo tengo, ni lo encuentro. No sé qué me depara el destino, mientras lucho a mi modo por lo que quiero permanezco a la expectativa, hay que dejar algunas cosas al azar de la vida para combatir la rutina con un esperanzado atisbo de magia repentina, que hace que me levante cada mañana muy intrigada... y motivada.

Y mientras escribo esto he descubierto otra cosa que me encanta: la gente valiente.

Tenemos un concepto extraño de valentía que relacionamos con el Che Gevara, con Mel Gibson en Brave Heart o Russel Crowe en Gladiator entre otros. Valentía es mucho más que desafiar a la muerte con una sonrisa. Valentía es desafiar a la vida obligándola a darnos más de lo que nos depara, es superar todas las dificultades sin tirar la toalla, a sonreír cuando nuestro mundo se derrumba. Valentía es caernos mil veces para levantarnos más rápido y más ágiles, es luchar sin tregua por lo que queremos. Y nuestra meta puede ser acabar una carrera universitaria, ganar un premio, hablarle a un desconocido/a que nos llama la atención en un café, darlo todo por un amor perdido o superar la muerte de un ser querido. Más fácil o más difícil, más ambicioso o doloroso, más romántico o personal, creo que la nada fácil decisión de ser valientes nos pone a todos en el mismo lugar y nos otorga el mismo mérito. Como me dijo una vez Pablico, es muy sencillo lamentarse y revolverse en la propia inmundicia, lo verdaderamente difícil y valiente es levantarse y salir de ella.

¿Por qué valiente? Por la libertad, ese maravilloso don que todos ansiamos. Porque los miedos y temores no son más que cadenas que nos atan al conformismo, a una pareja que no nos convence pero nos estabiliza, a un trabajo que no nos gusta pero nos da dinero dejando de ese modo apretar el nudo de la soga firmamente atado a nuestro cuello y permitiendo ahogar, poco a poco, nuestros sueños; privándonos de la sonrisa que viene directamente del corazón por escuchar la cabeza por tradicional conveniencia. Pero hay que ser valiente para romper la cuerda que nos inmoviliza y encontrar la llave del candado que acabe con esas cadenas. Por eso ser valiente implica ser libre.

Valiente y libre, libre y valiente. Una combinación impeccable.

Y yo soy medio valiente y medio cobarde. Valiente porque no me corto ni un pelo en decir lo que siento y declarar mis sentimientos y llevar a cabo lo que me propongo. Porque como dijo Mr. P. tengo la cabeza en el corazón y el corazón en la cabeza. Cobarde porque en ocasiones los recuerdos e ilusiones me retuercen el alma como cadenas inexpugnables que me retienen en un limbo de anhelos sofocante... Hace poco me sentí cobarde de nuevo y mientras escribo estas líneas estoy sintiendo un murmullo de valentía renovada circulando por mis venas. Y es que hay muchos modos de romper las cadenas. Y sino que se lo pregunten a Miguel Hernández. Él sí que supo ser libre desde la cárcel.

Dejo como colofón dos frases geniales que he encontrado per caso:

La vrai liberté n'est au fond de rien d'autre que le véritable amour de tout ce qui t'entoure.

Gisèle Bujold

Nous n'avons qu'une liberté: la liberté de nous battre pour conquérir la liberté...

Henri Jeanson


Y ahora... allons-y valientes!!!

viernes, 3 de diciembre de 2010

Art et Pensiers


Un cielo azul cobalto envuelve, como papel de celofàn gastado, los rayos del sol.

Me encanta pasear por París y perderme por sus calles y descubrir cada vez un rincón nuevo. Como el barrio de le Marais, lleno de galerías de arte de todo tipo, pequeñas y grandes, exhuberantes y humildes, de cafés de terrazas entrañables, de tiernos y audaces recovecos.

Voy caminando y pienso. Pienso en lo que he visto y en lo que he hecho y sobre todo en lo que me queda por ver y hacer. Pienso en ese alimento esencial del alma humana que es el arte, sea cual sea su expresión, desde un grafitti en un muro cualquiera hasta una ópera. Pienso que aunque mi perfil sea ingenieril hay veces que quiero huir de ese estigma y dejarme llevar por el encanto de la ciencia inexacta, por el poder de la palabra lejos de la rectitud matemática.

Creo que cualquier expresion artística estaría vacía de no ser por el sentimiento que proyecta en cada uno de nosotros. Así pues, unos versos de Miguel Hernández son capaces de penetrarme hasta lo mas hondo y a ti, lector espontáneo, dejarte indiferente. He ahí la magia del arte, su increíble personalidad y la conexión que proporciona entre almas de distintas épocas, países y culturas. Atemporal pero instantáneo, universal pero personal, compartido y solitario.

Sin embargo, y pese a tanto sentimiento compartido que genera en cada uno, es la soledad lo que motiva e inspira al artista. Como yo ahora mismo, que, solitaria, decido escribir estas palabras con el único fin de acercarme a vosotros y a mí misma más de cerca al releerlas.

El arte sconvolta, apasiona et fait sourir l'âme.

Como bien dijo Keating en "El club de los poetas muertos":

"We don't read and write poetry because it's cute. We read and write poetry because we are members of the human race. And the human race is filled with passion. And medicine, law, business, engineering - these are noble pursuits and necessary to sustain life. But poetry, beauty, romance, love - these are what we stay alive for.”

Nunca mejor dicho.

Y nunca me había sentido tan a mi aire, tan inspirada como ahora. Puede que, después de todo lo vivido, el recomenzar de cero, el empezar una nueva vida desde el principio te haga sentir diferente, libre. Más pasional que nunca, más poeta.



También hay que reconocer que París es arte.

jueves, 25 de noviembre de 2010

C'est galère



¿Encontrar un piso en París? C'est galère, te lo dirá todo parisino o residente de cualquier nacionalidad. Y es que vivir en la ciudad de la luz tiene un precio que pagar, que es el tesón, la perseverancia y la insistencia, y yo de eso tengo bastante :)

Y la verdad es que uno no se imagina lo que se puede encontrar cuando va a visitar un appartement, lo que puede llegar a haber entre 4 paredes. Porque en París los pisos tienen el mayor aprovechamiento de espacio jamás visto y en 9 metros cuadrados hay espacio para una cocina, el fregadero, un par de alacenas, una ducha, un armario, una mesa, dos sillas, un par de estanterías y un sofá cama... y si lo piensas bien no te falta nada, salvo espacio para las visitas y para estirar los brazos cuando te levantas.

La clave para sobrevivir y hacer amigos en París: couchsurfing, sans doute, como siga así voy a empezar a planteármelo...

Araño estos primeros momentos porque sé que son los más especiales y que no se volverán a repetir de la misma manera. Y es que sentirte libre, independiente, autónoma, fuerte y libre, muy libre es un sentimiento increíble que hace que aunque me acueste todos los días no antes de las 2.00 am y que me levante con una vitalidad infinita a las 8.30 am, o antes y, aún es más, pues como dirían algunos me despierto bañada en café y dispuesta a revolucionar el bureau.

Y después de patear París en bus, metro, RER, a pata, en coche y a falta de probar el barco, tengo que decir que me quedo con la moto de noche.

La sensación de recorrer las calles iluminadas desprovistas de tráfico sintiendo la brisa helada golpear con brío tu rostro mientras admiras el paisaje no tiene precio. Y desafiar con una sonrisa el incipiente frío de la noche. Y sentir un inaudito escalofrío de libertad, velocidad poderosa inigualable.


¿Y he comentado ya alguna vez que después del estrés de trabajo-proyectos-planes-rendezvous-soirées-pisos no hay nada mejor para relajarse que abandonar todo pensamiento junto al silencioso y pausado fluir del Sena acompañado de las miles de luces que perfilan su orilla? Me encanta asomarme y dejar todo anhelo fluir con la corriente atrapada en una melodía...


Surprise, sometimes, will come around
Surprise, sometimes, will come around
I will surprise you sometime.
I'll come around
Oh, I will surprise you sometime.
I'll come around when you're down...



miércoles, 17 de noviembre de 2010

Seconde semaine

Y sigo aquí y no me lo creo, no me creo que todo esto no sea más que un sueño. Me despierto cada día como una chiquilla que vive una y otra vez la mañana de Reyes con la ilusión de conocer y disfrutar sus regalos. Me muevo por todos lados con sonrisa embobada pero atenta, con la energía de una ardilla que se atreve cada vez con árboles más altos y con menos miedo.


Ha sido una semana y media de lo más aprovechada. He alargado las horas minutos y segundos más de lo que hubiera creído posible. Como un erasmus pero con la sensación de hacer algo de veras productivo, y sobre todo muy interesante. Cada día conocer a alguien nuevo, a alguien con quien condividir una próxima serata, planear una futura cena en mi futuro piso, decidir a cuál de todas las posibilidades que ofrece París a cualquier mente despierta iremos en los próximos días...

Y es que un hecho tan simple, tan sencillo y banal como la ida al trabajo en bus desde los jardines de Luxemburg pasando por todo el Boulevard St. Michel, St. Germain, cruzar el Sena junto a Notre-Dame, pasar frente al Hôtel de Ville, cruzar el Boulebard de Strasbourg, de St. Martin hasta el Boulevard Sebastopol no tiene en precio y alegra la mañana a cualquiera.

También aprovecho para tirar por tierra un extendido mito, porque París no es tan caro como lo pintan. Sólo hay que saber dónde cenar la crêpe más rica que he probado hasta el momento (Au p'tit crêpe) y dónde tomarte una cerveza (Happy Hour de Port Royal, Mouffetard, Oberkampf). Y los livres d'occasion están por todas partes y son realmente toda una "ocasión" que mi condición de homeless y en menor medida de ferviente anhelante del fin de mes no me permiten acercarme a saquear sus tiendas... todavía. Y ser consciente de hay un montón de teatros, museos, exposiciones y conciertos de todo tipo (desde música africana a música clásica pasando por jazz y rock) gratis.

Nada mejor que estar aquí para realizarse culturalmente. Y también personalmente con paseos por sus calles iluminadas, dejando fluir la vista y deshilvanando todo pensamiento recostada en la fría piedra de un puente sobre el Sena con la vista perdida en los pliegues del agua. Con el corazón latiendo el "Untitled" de Interpol al mismo tiempo que siento las notas estremecer mis oídos...

Y dejarme caer en cualquier banco con ese cuadernillo verde que ya es toda una parte de mí. Y escribir y pensar y soñar y dejar que la poesía me ponga los pelos de punta y saborear despacio cada verso, cada palabra, cada suave cadencia de su rima.

Últimamente llego tarde de trabajar (proyectos que hay que terminar, mucho que aprender y un sentido de la responsabilidad empresarial hasta el momento desconocida) y tengo ganas de hacer mil cosas. Y las hago, aunque ello implique dormir cero coma.

Paris, je t'aime.


Felicidad. Destilada
por el tiempo en sus colmenas,
por horas que van y vienen
por el aire, o son abejas.
Aprende paciencia, amor:
el mundo es hechura alegre
de una celeste paciencia.
Ni los estrelleros saben
cuánto siglo sobre siglo
ha tardado esta belleza.
Y ahora, tan hermoso todo,
donde se posan los ojos
te espera una recompensa.
Mira:
aquí tienes a la rosa,
ayer cerrada, hoy abierta.

Pedro Salinas, 1954


miércoles, 10 de noviembre de 2010

Me voilà!

Dos días que parecen eternos. Dos días mágicos.

París es increíble. Es más, es inefable. Incluso con lluvia desprende una belleza innata que no había sentido antes en ninguna otra ciudad.

Y yo que me paseo con una sonrisa de estúpida enamorada con una crêpe de chocolate caliente por sus calles salpicadas de charcos rielados por la luna con la melodía de Beirut haciéndose eco entre las gotas de la lluvia.

Los edificios que perfilan las aceras tienen un majestuoso porte que evoca la gloria de otras épocas. Las casas son altivas pero traslucen la esperanza de un futuro hogar… Mientras paseo intento descubrir cuál de ellas me acogerá a mí y a mis sueños…

Acerca del trabajo, ¡vaya trabajo! No sólo el edificio antiguo en pleno centro donde está el bureau es adorable, y las vistas desde mi escritorio al cielo de París y buhardillas iluminadas resultan inspiradoras cuando no cautivadoras, sino que los proyectos son muy interesantes y diversos, desde un aparcamiento de Strasbourg a una línea de metro de Taiwan. Estoy redescubriendo la magia de las telecomunicaciones y lo que se puede hacer con todo el bagaje técnico aprendido en los últimos años.

Y tengo ganas de involucrarme en todas las actividades socio-culturales que sé que están esperando a que me asiente y acabe de amoldarme a sus calles de otoño. Quiero beberme París a sorbos, poco a poco, y dejar que su sabor y energía fluyan despacio por mi garganta...

Ciudad y trabajo de mis sueños… Aún así hay algo que falta… Los amigos que he dejado atrás y un compañero con que compartir todo esto… Mas todo llegará, tarde o temprano.

Cada vez soy más consciente de que la vida no se planea, simplemente sucede. De ahí que cada momento sea tan especial.

París, me encanta.