Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

martes, 29 de abril de 2014

La Grande Beauté



"Finisce sempre così. Con la morte. Prima, però, c'è stata la vita, nascosta sotto il bla bla bla bla bla. È tutto sedimentato sotto il chiacchiericcio e il rumore. Il silenzio e il sentimento. L'emozione e la paura. Gli sparuti incostanti sprazzi di bellezza. E poi lo squallore disgraziato e l'uomo miserabile. Tutto sepolto dalla coperta dell'imbarazzo dello stare al mondo. Bla. Bla. Bla. Bla. Altrove, c'è l'altrove. Io non mi occupo dell'altrove. Dunque, che questo romanzo abbia inizio. In fondo, è solo un trucco. Sì, è solo un trucco."
Jep Gambardella, La Grande Bellezza

La gran belleza de Roma.

La grande bellezza che si crede sparita, nascosta, eppure sia seduta accanto a noi. 

Esa belleza que, pese a estar ahí mismo permanece invisible a los ojos, como ya nos avisó desde niños aquel principito. La triste historia de siempre, el de la decadencia de una sociedad privilegiada que posee dinero, fama, las llaves de los tesoros ocultos en los palacios romanos. Parece que todo les pertenece, y, sin embargo, no poseen la belleza, y a veces ne anche la esperanza.

Las ruinas de Roma se entremezclan con las ruinas de su élite burguesa. Su protagonista, Jep Gambardella, es un escritor descarriado inmerso en una desaforada búsqueda de belleza como postrera inspiración de un libro, el cual durante años solo ha conocido páginas en blanco. 

Jep nos guía, con un cínico desprecio de corte sentimental a través de la élite de la fauna romana, a veces simple observador y otras tantas protagonista de otra hoguera de las vanidades. Cenas y fiestas hasta el amanecer, conversaciones de sardónicos aforismos y discursos de arte y cultura vacíos, en un vano intento de aplacar el silencio de la noche romana. Para combatir de algún modo la oscuridad de los días de vida nocturna, Jep se aferra a la nostalgia de un pasado simple, de un mar en el horizonte y de un amor lleno de incógnitas.

Una búsqueda inaudita de la gran belleza, una quimera que el espectador compartirá con Jep, aunque con más suerte. Pues dicha ansiada belleza se encuentra retratada en cada fotograma, en cada anochecer en la terraza del protagonista sobre las luces del Coliseo, en la absurda girafa desorientada en medio de ruinas de noche, , o recorriendo la soirée de la caja de llaves que abre las puertas y la curiosidad a alguno de los rincones más bellos de Roma.

La música clásica acompaña la armonía de las imágenes. Lele Marchitelli, la soprano danesa Else TorpKronos Quartet, y de entre ellos destaca Zbigniew Preisner y su Dies Irae, el cual con sus notas eleva la escena hasta darle un toque dramtiáco rayano en lo sagrado:



Y, por último, recomiendo el verla en VO, la voz de Toni Servillo que da vida a Gambardella no tiene precio.




...a tutti gli incostanti sprazzi di bellezza...



domingo, 27 de abril de 2014

Visite à la sirène



Cambiar el contexto pero no el trabajo. 
Cambiar el Sena por el mar del norte. 

La bulliciosa París por una Copenhague llena de bicis y con solamente dos líneas de metro de no más de quince paradas.

Con un ininterrumpido sol norteño (de esos que brillan pero no calientan) de la mañana a la noche.

Pasear a lo largo del puerto hasta Kastellet, una isleña fortaleza estrellada cubierta por una pátina de césped perfecto y enarbolada de cerezos en flor. Apurar el paso entre las primeras luces del ocaso para descubrir en medio en un rincón de la ensenada una pequeña estatua en bronce camuflada entre las rocas.



La sirenita fue un regalo a la ciudad de Copenhague de Carl Jacobsen, un cervecero que, durante una representación en el Teatro Real de Copenhague, fue cautivado por la belleza de bailarina que representaba el papel de sirenita, la cual inspiró dicho regalo.

Disfrutar de un lento anochecer entre el mar y los jardines, con la silueta de la iglesia anglicana de St Alban y su puntiaguda torre recortándose en el juego de sombras del horizonte.

Levantarse para ir a trabajar a la luminosa sede de DR (Danemark Broadcasting). Junto a ella se encuentra el auditorio de conciertos Koncerthuset, sede de la Orquesta Sinfónica Nacional Danesa, cuyo diseño fue ideado por el gran arquitecto francés Jean Nouvel.


Compaginar trabajo y turismo, y pasear por sus calles desiertas hasta la plaza de los cuatro palacios de Amalienborg, residencia de invierno de la familia real danesa. Perfecta alineación de edificios y calles, tomando como eje central de la plaza la estatua del rey Frederik V, a un lado el mar, y al otro la Frederiks kirke, la iglesia de mármol.




Cenar en Nyhavn, entre barcos y fachadas coloreadas. Seguir caminando al borde del canal, perdiendo la mirada en el reflejo de luces del agua.

Al día siguiente, pasear desde la Opera a la isla de castillos de Slotsholmen. Cruzar el puente y bordear el canal de Overgaden Neden Vandet hasta la iglesia de San Salvador, con su magnífica torre que finaliza en una espiral.

Adentrarse en el barrio de Christianshavn, donde se encuentra la famosa "Christiania" un recinto "autogobernado", una mini ciudad en otra ciudad. Sus inicios datan del año 1971, con la iniciativa por parte de varias familias de transformar  un abandonado terreno militar en un espacio de juego para los niños. A partir de ahí, grupos de personas ocuparon esos terrenos y un movimiento comunal fundó Christiania. Aunque incialmente tolerado por el gobierno danés, una serie de conflictos relacionados con la propiedad de los terrenos y el comercio de drogas hizo que los habitantes ilegales compraran una gran parte de los terrenos del barrio para poder disponer de ellos con la misma filosofía comunal.

El cartel a la salida del recinto, «You're now entering the EU», lo dice todo respecto a las ideas políticas de sus habitantes, los cuales se consideran como un estado independiente de Dinamarca y de las leyes europeas. Sin embargo, y afortunadamente, la entrada/salida en Christiania es completamente libre y no requiere pasaporte :)





miércoles, 23 de abril de 2014

La Conjuration des imbéciles



 “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él”.

Ya que Ignatius Reilly se ha dignado a comentar mi blog, yo quiero dedicarle una entrada a esa tragicomedia de John Kennedy Toole, ganadora de un premio Pulitzer, la cual protagoniza. Si no sabéis qué comprar o regalar por el día del libro, este puede ser una muy buena idea: 

"Soy capaz de tantas cosas y no se dan cuenta. O no quieren darse cuenta. O hacen todo lo posible por no darse cuenta. Necedades. Dicen que la vida se puede recorrer por dos caminos: el bueno y el malo. Yo no creo eso. Yo más bien creo que son tres: el bueno, el malo y el que te dejan recorrer. El bueno lo he intentado andar y no me ha ido bien. Juro que ha sido así. De pequeño hice todo lo que consideré correcto y lo que está bendita New Orleáns, con sus acordes de ébano y sus insoportables chaquetas a rayas me inducía a hacer. Estudié profundamente y traté de trasladar mis conocimientos con pasión. Los estudiantes saben eso. También escribí encerrado en un pequeño mundo cuarto juntando frases, frustrándome ante las huidizas buenas palabras y las no menos resbaladizas imágenes, comparaciones, situaciones, personajes, diálogos. Asumí estar en ese camino porque es ese el modo como se consiguen los sueños. Al menos eso creía hasta un día, cuando tenía todo acabado y faltaba la confirmación de que había decidido bien, no hubo recompensa. No hubo zanahoria, Ahí me di cuenta de que ya estaba caminando, lejos de mi voluntad, por la otra senda. Esa que no es la buena ni la mala. Porque está claro que la buena es buena porque es una opción propia. La mala es mala porque también es tu opción. Pero la otra no es algo que hayas escogido, por lo cual no pueden decir que es ciertamente buena o ciertamente mala. Es ciertamente ajena, impropia. Por ese camino involuntario caminé, llevado de las narices, arrastrado como un palo sin poder animarme. Tuve que resignarme a ser como ellos me ordenaban, a aceptar sus juicios y sus rechazos. A comprobar una vez más que no todos pueden ver más allá de su aliento. A ser víctima de un sistema que hace de gente como yo infelices zombies o incomprendidos. Y hay que tener el espíritu muy bien templado, tal vez como acero damasquino o más, para afrontar semejante fuerza."

La conjura de los necios, John Kennedy Toole


  

miércoles, 16 de abril de 2014

Diary



"Aquella era la teoría de Peter sobre la expresión personal. Sobre la paradoja de ser un artista profesional. El hecho de que nos pasamos la vida intentando expresarnos bien pero no te­nemos nada que decir. Queremos que la creatividad sea un sistema de causa y efecto. Resultados. Producto vendible. Que­remos que la dedicación y la disciplina equivalgan al recono­cimiento y la recompensa. Entramos en la rutina de la facultad de bellas artes, de nuestro programa de posgrado, y practicamos, practicamos, practicamos. No tenemos nada que docu­mentar con nuestras excelentes habilidades. De acuerdo con Peter, nada nos cabrea más que el hecho de que un drogadicto, un vago total o un pervertido baboso creen una obra maestra. Como si fuera un accidente. Algún idiota que no tiene miedo de decir qué es lo que ama."


"The paradox of being a professional artist. How we spend our lives trying to express ourselves well, but we have nothing to tell. We want creativity to be a system of cause and effect."

"An artists job is to make order out of chaos. You collect details, look for a pattern, and organize. You make sense out of senseless facts. You puzzle together bits of everything. You shuffle and reorganize. Collage. Montage. Assemble.(...)Leonardo's Mona Lisa is just a thousand thousand smears of paint. Michelangelo's David is just a million hits with a hammer. We're all of us a million bits put together the right way."

"It's so hard to forget pain, but it's even harder to remember sweetness. We have no scar to show for happiness. We learn so little from peace."
Grace says, "We all die." She says, "The goal isn't to live forever, the goal is to create something that will."


El arte y la vida. 
Inmortalidad y mortalidad. 
Unos conceptos tan unidos y al mismo tiempo tan alejados. 

La vida de un sueño americano truncado. 

Más conocido por su novela llevada al cine "El club de la lucha", Palauhnik combina de nuevo la cruda realidad con lo sobrenatural, utilizando el arte como postrer escudo ante el brutal desengaño que provoca la indiferencia de la sociedad que nos rodea.

Un gran libro que cayó en mis manos en una mezcla de error, azar y benevolencia. De prosa cínica y sentimental, si se me permite tan antitética definición. El humor negro se entremezcla  constantemente durante la narraciócon algunos accesos de sensibilidad o de crítica de arte de forma tan subtil que, aunque no pasa desapercibido, sí resulta algo menos descorazonador.



"Your handwriting. The way you walk. Which china pattern you choose. It's all giving you away. Everything you do shows your hand. Everything is a self-portrait. Everything is a diary."


jueves, 10 de abril de 2014

Apéro sur les quais de Jussieu


Un soleado atardecer a las orillas del Sena. 

Apéro sur les quais, el evento más esperado de la llegada del buen tiempo. En Jussieu, el jueves es un día de especial. 

Un traqueteo de gente que llega, que comienza a llenar poco a poco los anfiteatros o arènes situados frente al río. Gente que habla, que ríe, que prepara cosas para picar, para beber, que empieza a tocar tímidamente un instrumento, a practicar una serie de malabares. Gente que pierde poco a poco la timidez y se echa a bailar en el medio de la improvisada pista.



Varios músicos llegan poco a poco, como cuentagotas. Discretamente desenfundan sus instrumentos. Cuando queremos darnos cuenta, una orquesta espontánea improvisa un escenario y nos da las notas del "cumpleaños feliz" en cuanto nos ve sacar la tarta y las velas.


Espontaneidad, camaradería, buen humor.

Las luces de París en los pliegues de acuarela del Sena.

Alegres melodías que te llevan de vuelta a casa con una sonrisa.
  

El primer apéro sur les quais del 2014 no podía haber empezado mejor.

Bon anniv' encore Sara ! :)

lunes, 7 de abril de 2014

Cafés-librairies (I)


Al poco de llegar a París, y como buena escritora, o proyecto en curso de escritora que se precie, ya estaba tardando en dejarme caer a tomar un café con un libro y mi inseparable libreta verde al Café de Flore.

Desgraciadamente, no encontré el ambiente bohemio e inspirador que buscaba, ni la esencia de Boris VianErnest Hemingway, Truman Capote, Lawrence Durrell y Raymond Queneau que me había traído hasta allí. Ni tan siquiera encontré libros en las paredes, sino un buen número de étirés, de señoras de avanzada edad y notable pecunio, camareros estresados y, sobre todo, resabidos.

Menos mal que, con el tiempo y los paseos parisinos, esa curiosidad inextricable que me impulsa a analizar cada puerta o fachada (y más si tiene libros en ella) y que tan buenos descubrimientos me ha proporcionado.

Así pues, renuncio al pasado y cambio el vetusto café de Flore por el Flaq, por el Marcovaldo, por la cave-librairie de la belle Hortense o incluso por el Café Delmas de la place Contrescarpe, uno de los primeros cafés en los que, esperando a alguien, me senté con un libro.


El Marcovaldo (léase al genial Italo Calvino) de la rue Charlot (3ème), combina literatura y gastronomía italiana de pochi piatti, ma fatti con cura con Montelpuciano, Chianti, Frascati, birra Moretti para el aperitivo, café riquísimo o un delicioso batido fait maison. De austera decoración, mucha luz y mesas enormes donde compartir asiento entre libros, exposiciones, proyecciones, charlas...



La fourmie ailée (rue du Fouarre, 5ème), posee ese encanto bohemio, místico y risueño del barrio latino, con una decoración cálida de adornos espontáneos, pinturas y guirnaldas donde destacan los libros en sus paredes. Subiendo las escaleras, se accede a un íntimo rincón mansardé. Para comer o sentarse a leer junto a un té o un café.



El Flaq de la rue Quincampoix (4ème) mantiene esa atmósfera acogedora del Marcovaldo de tradición italiana ofreciendo, con sus mesas grandes de madera antigua invitando al encuentro y el reencuentro, los sofás de desgastado cuero, la luz tenue. Sus otros dos pisos subterráneos no hacen más que aumentar su encanto. Bajando las escaleras, encontramos el denominado "Studio flaq", una especie de habitación-museo-trastero ejemplificando el síndrome de Diógenes. Bajando al último nivel, una sala de exposiciones.


 En pleno Marais, en la rue Vielle du Temple (4ème), la Belle Hortense destaca por ser una vinacoteca-librería, donde su dueño o camarero, con su apariencia de lobo de mar te sirve una copa de vino mientras hojeas despreocupadamente sus libros, sobre todo de bolsillo.

Y, por supuesto, la librería que se ha transformado en una atracción turística más (también hay que decir que su situación en París, junto al quai de Montebello enfrente de Nôtre-Dame es de lo más emblemática), Shakespeare&Co.
En la planta baja, están disponibles a la venta todos los libros en inglés habidos y por haber, de todas las temáticas. En el primer piso, los libros no están a la venta pero pueden consultarse, hay espacio para leer, para jugar al ajedrez, para curiosear, para escribir, para tocar el piano... 


Quizás esos grandes escritores de antes, nuestros precursores, aquellos que todavía escribían con papel y lápiz, no hayan pisado nunca estos lugares, pero sí sus libros, su legado. Y también nosotros, su futuro. Y, al fin y al cabo, eso es lo que cuenta.