Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

sábado, 28 de diciembre de 2013

La fenêtre vers le lac



La finestra sul Lago.

Nunca un nombre había sido tan bien atribuido. Una ventana que es un cuadro que es una ventana a la naturaleza. Al sosiego. Al reencuentro.



Con vistas al Lago di Vicoun lago volcánico creado por Hércules según cuenta la leyenda. Una escapada por los pueblecillos de Lazio esculpidos en la montaña, con sus muros de piedra de desgastada melancolía, el verdor del paisaje solitario que contemplar desde su cima.
Bagnoregio y sus calles desiertas presidiendo la cúspide de una colina, Ronciglioni y el encanto rústico y medieval de sus construcciones en piedra y madera, y un salón de té con vistas al vacío para despedir el viaje en Calcata.

Porque un free tour, un día y una noche en una Roma enarbolada de luces navideñas era más que suficiente.

Y así aprovechar para descubrir la provincia de Viterbo y al mismo tiempo juntarnos en un ambiente propicio, lejos del mundanal ruido, con tiempo de charlar pero sobre todo de escuchar, de comentar, de planificar, de recordar...

Aunque no sólo de recuerdos vive el hombre, ni todo tiempo pasado fue mejor, en nosotros el pasado y el futuro se entrelazan dando lugar a un espléndido presente.



Y es que poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces.

Una teoría de canicas en plena expansión, cuestionando una vorágine de ideas encontradas sobre el amor, la amistad, esas fuerzas visibles e invisibles que mueven nuestros corazones.

 



martes, 10 de diciembre de 2013

Kanak, l'art est une parole


El término "kanak", o canaco, significa hombre libre, ser humano. Los canacos fueron los primeros pobladores de Nueva Caledonia,
un archipiélago de Oceanía situado al este de Australia, y al norte de Nueva Zelanda.



 Los canacos hicieron honor a su nombre "hombres libres" hasta que su isla fue descubierta por James Cook en 1774, el cual la nombró como New Caledonia, en honor a las Tierras Altas de Escocia que los romanos llamaban "Caledonia". 

A partir de entonces, numerosos misioneros y comerciantes comenzaron a llegar a la isla, aportando su cultura y costumbres y erradicando con ellas una gran parte de sus costumbre y tradiciones. Fue a comienzos del siglo XIX, cuando Nueva Caledonia empezó a formar parte del imperio de ultramar francés, convirtiéndose en una colonia penal hasta el siglo XX.


La exposición "Kanak, l'art est une parole" del museo quai Branly nos ofrece un paseo por su historia, antes y durante su colonización. Desde los cuadernos ilustrados del capitán Cook mostrando sus construcciones, paisajes y costumbres vírgenes, hasta la paulatina y silenciosa invasión de colonos y sacerdotes, y su pugna por la transformación de sus tradiciones paganas en pos del politicamente correcto "savoir faire" de occidente. 

En conjunto, la base de la cultura kanak nos enseña a abordar con respeto y humildad a nuestros semejantes, definiendo un "acte d'échange non duelliste" donde hablar y escuchar son dos funciones casi sagradas. 

Y pasear entre las innumerables y colosales tallas de madera esparcidas por las salas. Tótems, enormes puertas talladas, flechas, mazas y hachas, esculpturas y ornamentos. Impresionantes máscaras de un profundo realismo talladas en madera y adornadas con plumas, abalorios, y cabello humano. Tocados elaborados con plumas, jade y una elegante cestería. 

Un paraíso azul que nos está esperando.


Y que, afortunadamente, cada vez está más cerca, pues el 2014 promete. 


Una exposición que trata, finalemente, de coinciliar dos puntos de vista antagónicos y en numerosos aspectos negativos: el del Kanak y el nuestro, ya seamos marinos, colonos, misionarios o, simplemente, turistas. 

En el museo del quai branly, hasta el 26 de enero de 2014.




viernes, 8 de noviembre de 2013

Trois ans



1, 2, 3.

Déjà trois années passées à Paris.

Déjà trois ans que nos regards se sont croisés. Après s'être manqués deux fois en Hamburg, il était clair que notre destin se trouvait à Paris. Ma suite logique était belle et bien la France après l'Allemagne si je ne voulais pas te rater une troisième fois. Et maintenant on se lève chaque matin avec le mystère de la route que prendra notre chemin.

Moi, la tête en l'air, toi, les pieds sur terre.

Parce qu'il faut bien quelqu'un pour éviter que je m'envole dans les nuages éthérés, et parce qu'il faut tout aussi bien quelqu'un pour éviter que tu t'enfonces dans la routine parisienne métro-boulot-dodo.

Un lion au cœur d'or, une forteresse de principes sous un énorme soleil d'août qui prend soin d'une petite écureuil chaotique mais entreprenante qui n'arrête pas de courir, de songer, de te soul...soulager avec ses millions d'idées et de rêves, avec des ambitions plus mystiques que mondaines qui ont trouvé leur place dans ton infinie tendresse revêtue de pragmatisme.



miércoles, 30 de octubre de 2013

Le rayon de soleil dans la lutte



La guerra, esa la lepra moral que acecha nuestra raza desde el principio de los tiempos.

 Un fantasma de estandartes,
una bandera quimérica, 
un mito de patrias:
una grave ficción de fronteras. 

Músicas exasperadas, 
duras como botas, huellan 
la faz de las esperanzas 
y de las entrañas tiernas.

Crepita el alma, la ira. 
El llanto relampaguea. 
¿Para qué quiero la luz 
si tropiezo con tinieblas? 

Pasiones como clarines, 
coplas, trompas que aconsejan
devorarse ser a ser, 
destruirse, piedra a piedra. 
Relinchos. Retumbos. Truenos.
Salivazos. Besos. Ruedas. 
Espuelas. Espadas locas 
abren una herida inmensa. 

Después, el silencio, 
mudo de algodón, 
blanco de vendas, 
cárdeno de cirugía, 
mutilado de tristeza. 
El silencio. Y el laurel 
en un rincón de osamentas.
Y un tambor enamorado, 
como un vientre tenso, 
suena detrás del innumerable
muerto que jamás se aleja.


Unos versos que suenan tan bien en francés como en español.

Non, il n'y a pas de prison pour l'homme
Ils ne pourront pas m'attacher, non.
Ce monde plein de chaînes
m'est petit et étranger.
Qui enferme un sourire?
Qui emmure une voix....
Libre je suis. Sens-moi libre
Seulement par amour.


Y contra la muerte y la injusticia, se revela cómo el amor y la alegría que emana espontáneamente de cada ser es la única espada a empuñar, la única arma que puede hacer libre al hombre.



Miguel Hernández, 30 octubre 1910 - 28 marzo 1942

sábado, 26 de octubre de 2013

La fête du bouc


No era un chivo común, esa cría macho de la cabra, ni un chivo religioso, de esos que el sumo sacerdote sacrificaba por los pecados de los israelitas. A pesar de su ponzoña, no era ese chivo que hace referencia a la poza o estanque donde se recogen las heces del aceite. No era ni mucho menos un chivo expiatorio, aunque una buena parte del pueblo dominicano (y de su vecino haitiano) expiaran con su sangre el egoncentrismo acérrimo de Rafael Leónidas Trujillo: el Chivo.

Un culto al nepotismo recubierto de patriotismo sin límites. La desmesura del poder, del control absoluto. El despojo de los valores más íntimos e intrínsecos al ser humano: el honor, la moral, la libertad. Arrebatando el regalo más preciado que nos ofrece la vida, libre albedrío.

Una magnífica novela coral entremezclando realidad y ficción, una recreación de la vivencia del tiranicidio en los personajes principales del régimen, desde el propio Chivo hasta sus esbirros políticos y militares más próximos.

La estructura del libro, con numerosos saltos temporales, aprisiona al lector entre sus páginas pese a que el final ya ha sido revelado al inicio. Tal es la fuerza psicológica y la indiosincrasia particular de cada uno de los seguidores del Chivo, que se revela como un enorme misterio desconcertante y cautivador para aquellos de nosotros que no han vivido bajo la sombra de un tirano.

El cómo fue posible, el por qué lo permitieron es justificado por todos y cado uno de los adeptos al régimen con una precisión contumaz a lo largo del relato. Es por ello que la única redención posible a sus almas mancilladas era acabar de forma brutal pero definitiva con aquel que durante tantos años adormeció sus conciencias.

Terror y crueldad se entrelazan dando lugar a una barbarie de torturas, expoliaciones y venganzas relatadas con gran maestría por parte de Vargas Llosa, donde no solamente el cuerpo está expuesto, sino también desgrana los sentimientos y motivaciones de víctimas y verdugos.


Lectura obligada, un clamor por la libertad y la dignidad del hombre, y al mismo tiempo desmitificar una América Latina corrompida solamente por Pinochet en Chile o la de Onganía-Levingston-Lanusse en Argentina. Y eso sin contar todas aquellas abominaciones totalitarias que desconocemos, que no han sido todavía escritas ni filmadas.





lunes, 14 de octubre de 2013

Madrid toujours


"El viaje que solo te lleva a otra parte es un viaje a medias. El único viaje completo es el que te lleva al sitio de donde partiste. Lo que hay al final del viaje, en cada imagen extraña a la que uno se siente ligado, incluso en el paisaje descabellado de esta ciudad, es tu propia alma. Sino está tu propia alma después de todo, el viaje no vale la pena, lo olvidas, te vuelves. Yo me di aquí con mi propia alma, y me quedé. Y, para contarlo, escribí mi libro, y lo hice sobre Madrid, sobre España, porque no podía tener otro objeto".
"El ángel oculto", Lorenzo Silva

 

Y yo vuelvo siempre a buscar de nuevo ese azul impar de Madrid.
Un impulso que me catapulta en un avión sin previo aviso. Y siempre lo encuentro. Así como el sordo rumor de las copas de los árboles del retiro cuando cae la noche. O los alrededores de Gran Vía untados de gente y su entrañable entramado de callejuelas. Y sentir las voces y risas de siempre reunidas en una terraza, el sol tibio de otoño, la ración de calamares y boquerones esperándome.

Sea invierno, otoño, primavera o verano siempre hay un hueco para el azul en el cielo. Y para mí, porque que si hay algo que a París le falta, sois vosotros.



viernes, 4 de octubre de 2013

Sicile décrepie


Ruinas, sol y mar entre montañas.


Pero, si hay que escoger un adjetivo para definir la Sicilia, sería decrépita. Decrépita belleza, por supuesto.

Una acogedora decadencia esculpiendo portales y ventanales desvencijados, paredes ajadas y muros semiderruidos. La herrumbre acechando cada reja, verja, portón o bisagra metálica. 
Dinteles y alféizares carcomidos por el tiempo y los combates, emergiendo de su abandono como un suspiro de piedra inmortal. Vírgenes y cristos descoloridos incrustados en el muro. Balcones enfundados en una red que contiene polvo y escombros.



Con todo,  el astro rey sin duda adora la isla, pues una luminosidad sin parangón atenaza los colores, dorando los muros desconchados y cubriendo el mar de polvo diamantino.

Sicilia, la isla más grande del mar mediterráneo, debe su nombre a la tribu nativa que la ocupaba, los sículos. Y su historia es densa, pues no fueron pocos los pueblos que intentaron hacerse con el control de la isla a lo largo de los siglos. En la época de las colonizaciones, fue ocupada en primer lugar por los fenicios (siglo IX a. C.). Un siglo más tarde, los griegos irrumpieron en la isla, fundando Siracusa y Catania. Le siguieron los cartagineses, los romanos y los vándalos y ostrogodos. En el año 535 llegaron las tropas de Bizancio de mano del capitán Belisario y Sicilia fue bizantina durante medio milenio, hasta que los sarracenos fundaron el emirato de Sicilia a finales del año 800. En la segunda mitad del siglo XI, fue conquistada por los normandos, después por los franceses (Casa d'Anjou) y a finales del siglo XIII pasó a formar parte del reino de Aragón. Sicilia se convirtió en un virreinato más del Imperio español hasta el año 1713.  
No fue hasta 1861, en pleno risorgimento, cuando Giuseppe Garibaldi (cuya audacia le ha valido una plaza, avenida y varias placas en su nombre en cada ciudad italiana que se precie) arrebató Sicilia a los borbones para entregársela a Victor Manuel II y así formar parte, finalmente, del recién unificado reino de Italia.



Palermo -  Castellamare del Golfo - San Vito lo Capo - Porto Empedocle - Selinunte - Agrigento - Scala dei Turchi - Noto - Catania - Nicolosi - Parque natural del Etna - Taormina - Cefalú

Un recorrido en un coche azul Klein (cómo no!), un road trip para saborear cada rayo de sol, a destra il mare, a sinistra le montagne. Atravesando una tierra fecunda repleta de naranjos, limoneros, mandarinos, hortalizas, legumbres y frutos secos. Sin olvidar las viñas, sobre todo las vids de la región de Marsala y su archiconocido Nero di Avola. Vino de la tierra con el que saborear los maccheroni alla siciliana, la carne alla pizzaiola, la caponata siciliana y los canoli siciliani o el riquísimo involtini di pesce spada. Con paradas obligadas en playas como
Selinunte, Realmonte, Scapello o la Scala dei Turchi, donde disfrutar de un bellisimo tramonto. En Agrigento, antiguo 'Akragas', las ruinas se funden con el horizonte en la acrópolis grecorromana, ciudad de la cual dijo el célebre poeta griego Píndaro: 'people of akragas were built for eternity but feasted as if there were no tomorrow'. 


Avanzando a lo largo del triángulo costero por completo con tres breves incursiones a las montañas de Agrigento, Noto y por supuesto el punto más alto de la isla, el volcán Etna a 3.323m de altura. Todavía en actividad, se pueden apreciar kilómetros de lava solidificada a lo largo de sus laderas. Una negrura infinita que contrasta con el azul del cielo.


Perderse entre las callejuelas bordeando las murallas de Siracusa, la cual, famosa por ser de las más hermosas y admiradas ciudades helénicas, conserva todavía su belleza, decadente y decrépita, por supuesto. 

Pasear entre las casas y calles de Taormina esculpidas en la montaña entre el mar y el firmamento, las cuales rivalizan con las ruinas del anfiteatro romano y sus magníficas vistas. 
Un salto insieme desde las gradas, motivado por un impulso incoercible, un paso avanzando hacia el futuro, aunando las ruinas y la ciudad incipiente y mirando al frente, avanti. 
Sempre avanti.


Di Alfo ultima dimora,
Ortigia, gloriose radici della potenza di Siracusa,
Culla allora di Artmide,
Da te, o sorella di Delos, si innalzi il canto
Addolcendo a prezzo alto ... 

Pindaro 



jueves, 12 de septiembre de 2013

La nouvelle Seine


Un bar, un restaurante, una péniche, una sala de conciertos, un teatro.  
La nouvelle Seine.
Una obra de teatro singular, "Marx & Jenny", un combinado de teatro autobiográfico-epistolar y "One Man Show" (o, como dice su autora, "One Marx Show"). 

Cuatro personajes y una actriz.

Karl Marx, Friedrich Engels, Jenny von Westphalen y Helene Demuth, esposa y amante de Karl Marx, respectivamente.

Fechas, hechos, lugares, publicaciones, nombres, ideas, aniversarios, un torrente de datos saliendo de boca de su infatigable autora.

Aunque solo sea para disfrutar de una obra de teatro en una butaca mecida por el Sena, ya merece la pena.

Y, como colofón de la velada, al salir y pisar de nuevo tierra firme en el quai de Montebello, encontrarse frente a Nôtre-Dame iluminada y allonger la Seine hasta la estación vélib más cercana en una silenciosa noche de incipiente otoño.




sábado, 7 de septiembre de 2013

Au parc Georges Brassens


Algo genial de París es que cuando piensas que lo conoces todo, siempre hay algo que se te escapa. 



Como este especie de brocante de livres anciens et d'occasion, donde encontrar una de las primeras ediciones de "En attendant Godot" de raídas hojas amarillentas a precio de oro o la obra completa de Chateaubriand enfundada en cuero carmesí.


 

Lejos del afán coleccionista, y más cerca del anhelo literario propiamente dicho, también encontramos mesas repletas de libros de numerosas (y sobre todo míticas) editoriales, en francés, inglés, italiano, alemán o castellano, a precio irrisorio. 
Allí, rebuscando a la vez que acariciando cada tomo, encontramos a Voltaire, a Italo Calvino, a La Fontaine, a Edmond Rostand, Pierre Choderlos de Laclos, Roald Dahl, Tom Sharpe, Borges, Baricco, Balzac, Zola, Kundera, Dumas, Orwell, Flaubert, Virginia Wolf, Salinger, Dostoïevski, Camus, Baudelaire, Cortázar, Montaigne...
... todo un paraíso de arte enarbolando las palabras.





martes, 27 de agosto de 2013

Paris sous les étoiles



L'Observatoire de Paris, el observatorio astronómico más antiguo todavía en funcionamiento, fue diseñado en 1667 durante el reinado de Luis XIV. Su creador, el arquitecto Claude Perrault, era el hermano del conocido escritor de fábulas, Charles Perrault.



En su interior, es posible caminar sobre el meridiano de París, es decir, a exactamente una distancia de  2° 20' 13,82" al este del meridiano de Greenwich. Nunca unas pisadas habían estado tan milimetradas. Fueron los estudios de Jacques Cassini y François Arago quienes lograron determinar el meridiano de Francia, utilizado después para realizar la primera cartografía del país de su época.

Y, en lo alto de su cúpula, un inmenso telescopio. Una reliquia del pasado que lleva varios siglos acercando los hombres a las estrellas.


Revivir un complejo sistema de engranajes de más de cuatrociendo años para girar toda la cúpula y el telescopio en una insaciable y apasionada sed de planetas. Descubrir que se mueven más rápido de lo que a simple vista parece, capturar su imagen nítida entre tu pupila y la lente, admirarlo unos minutos antes de que se vaya de nuevo y pasar el mango del telescopio al siguiente buscador de tesoros celestes.

Son dos los planetas que brillan en el cielo en agosto, Saturno y Venus. Al anochecer, Venus en el oeste y Saturno en el sudoeste.




Una soirée distinta, especial, unas horas privilegiadas en un sencillo apéro (puede que el mejor hasta la fecha) sobre los tejados de la ciudad que nunca duerme, sobre sus luces desafiando el brillo de las estrellas.





domingo, 12 de mayo de 2013

France galicienne



Sol que se alterna con la lluvia. Un firmamento de mil tonos azules en el que acechan las nubes sin tregua. 


Verde alternando con el amarillo luminoso de los campos de colza.
Verde costero que se funde con el mar en un abrazo infinito.




 Del París superpoblado a un Mont Saint-Michel atestado de turistas en sus estrechas callejuelas medievales, donde hasta el más mínimo detalle (un cajero automático, un buzón de correos) está perfectamente camuflado con el ambiente. Calles que se funden en un decorado caballeresco de época. En la cúspide del monte destaca la abadía consagrada al arcángel San Miguel, y desde el interior de sus jardines amurallados se obtiene una espléndida vista de la bahía.

Toda una fortaleza inexpugnable gracias a sus impresionantes mareas de hasta 14,50 metros de altura, las cuales tienen lugar dos veces al día. Antes de la construcción de la carretera actual, el monte Saint-Michel solo era accesible por tierra durante la marea baja y por mar cuando la marea estaba alta.

Del Mont Saint-Michel a Cancale, recorriendo la costa bretona repleta de veleros y barcas de pesca de madera de colores.
Atravesando la Haute Bretagne a lo largo des côtes-D'Armor hacia Dinard, Saint Briac-sur-Mer, Dinan y Saint-MaloCon escala en Vannes, Tex, Pornichet y Rennes.


Desafiando al viento en la Pointe du Grouin, aspirando el aroma a mar y tierra fresca frente a un horizonte indeciso, un cielo mestizo de azul grisáceo indefinido.

Alternando moules et huîtres con barbacoas. Sin olvidar la consistencia de un buen postre de la tierra, el kouign-amann. Aderezando l'après-midi con un poco de mölkky y de palet bréton, agudizando la precisión, pero sobre todo poniendo a prueba la constancia y tenacidad de todo aspirante a bréton que descubre el juego. (La habilidad para colocar los "palets", especie de monedas fabricadas con hierro fundido de unos 120 gramos, sobre una tabla cuadrada de madera de 70 cm, no se adquiere tan fácilemente).

Y por más que nos incomode el acecho de la lluvia, la mayor ventaja de una predición metereológica impredecible reside en aprovechar al máximo los rayos de sol que nacen después (o antes) de una tormenta.







sábado, 4 de mayo de 2013

سلطنة عمان Sultanat d'Oman


Que qué iba a hacer yo a Omán, el Sultanato de Omán, me preguntaba mucha gente. Pues... ¡tantísimas cosas! Tantas que fui, volví y me dejé aún centenares de kilómetros que recorrer.

El motivo detonante del viaje, y no menos importante, era el صباح الخير (salam aleikum), darle un abrazo a Carlos y llevarle una buena reserva de queso francés. El segundo, descubrir un país, una cultura, un estilo de vida completamente diferente.

Reconozco que volé con una pizca de recelo mezclada con suspicacia, fruto de la ignorancia. ¡Cuántas veces creemos conocer algo, y sin embargo, escuchando y mirando de nuevo con otros ojos, la realidad se vuelve completamente diferente!

Algunos prejuicios rebatidos. El primero, la ausencia de fanatismo pese a ser un país islámico conservador. La religión oficial y practicada por el 75% de los habitantes de Omán es el islam ibadí, una rama del jariyismo. Esto lo convierte en el único país musulmán donde la religión mayoritaria no es ni el sunnismo ni el chiísmo, de ahí su carácter pacífico y tolerante. Además, las mujeres gozan de una libertad que puede resultar extraña en un paíárabe: pueden conducir, trabajar, incluso llegan a ocupar altos cargos y la abaya (especie de túnica negra tradicional) no es obligatoria. 

Sin embargo, y por desgracia, Omán sí comparte un denominador común con sus vecinos arábigos: la falta de libertad de sus habitantes. Viviendo en Europa damos por sentado que la libertad individual, de expresión, de gobierno (ésta siempre tan frágil) son inherentes a las personas. Por desgracia, un breve salto al continente vecino basta para constatar la fragilidad de nuestros ideales, incluso de aquellos que considerábamos los más básicos. Pena de muerte, tortura, esclavismo, ausencia de libertad de prensa y de cualquier tipo, todo controlado bajo el reinado absoluto del Sultán. Un Sultán educado en Europa, amante del arte y de la cultura, un Sultán que invierte en su país y le proporciona cierta prosperidad económica, pero que rige bajo mano férrea un parlamento títere y acalla con dureza cualquier descontento, cualquiera llamada de auxilio de sus  problemas sociales de sus habitantes que a pesar del resurgimiento y la estabilidad del país sufren austeridad y unos índices de paro sin mejoría aparente.

Omán aúna tradición y modernismo. Carreteras, autopistas y puentes recién construidos se fusionan con el paisaje rocoso salpicado de palmeras y vetustas embarcaciones de madera. Los edificios nuevos que se construyen mantienen esa comunión con la arquitectura árabe de siempre y la apertura al capitalismo moderno (McDonalds, concesionarios, hoteles...).


La ausencia de turistas, de tiendas de souvenir, de acosadores en búsqueda de favores y riales... La extraña sensación de estar tan lejos y tan cerca, de fusionarse con el paisaje de manera imperceptible. Hombres bebiendo té que levantan la cabeza al vernos de colores en lugar de la blanca disdasha durante un momento, para luego proseguir con su charla como si nada. Solo bastaba que nos deteniésemos a su lado para que, instantáneamente y de forma natural, fuéramos invitados a degustar el té a su lado, como si siempre lo hubiéramos hecho.

Un magnífico dépaysement, lejos de los muros haussmanianos y las terrazas costumbristas inundando las aceras de París. Lejos de la indiferencia de las grandes ciudades europeas. Cerca de delfines, corales, y peces multicolores en los fiordos de Musandam. Cerca de las tortugas verdes y de su progenie corriendo hacia el mar en la playa de Ras Al Jinz. Disfrutando de la abundacia gastronómica local, una mezcla de comida india, pakistaní y, por supuesto, omaní; al mismo tiempo que saboreamos el enésimo lemon mint. En el corazón de un wadi, desafiando la corriente saltando de roca en roca. Esquivando el haram instrínseco a nuestra cultura de occidente. Espiando con sigilo el desove de una tortuga verde bajo la luz de la luna. Caminando con solemnidad y genuina admiración, descalza sobre su enorme alfombra persa cosida a mano, rodeada de elegantes combinaciones de mármol beige, marron, naranja, mahogany, blanco y amarillo, en la Gran Mezquita de Muscat.

Y, como colofón, a falta de la parte sur del país que queda pendiente para una próxima ocasión, y puesto que una imagen vale tanto o más que mil palabras, ilustro cinco magníficas razones para visitar Omán :

1. La mezquita de Muscat

2. Los delfines de la península de Musanda


3. Wadi Shab
 
4. El desove de las tortugas de Ras Al Jinz
5. Las casas de adobe con vistas a un oasis de palmeras en Nizwa



 Sukram, Carlos!
  شكرا


domingo, 7 de abril de 2013

Avoir ou être ?


En su libro Les véritables principes de la grammaire (1769), Dumarsais nos descubría, hace ya casi tres siglos, un error hoy en día cada vez pronunciado con mayor frecuencia. Así dice:

"En el ejemplo tengo un reloj, tengo debe entenderse en su sentido propio, pero si afirmo tengo una idea, tengo sólo se dice de manera imitativa. Es una expresión prestada. Tengo una idea significa pienso, concibo algo de esa manera o de esta otra. Tengo ganas significa deseo, etc".

Erich Fromm, en su obra Ser o tener, retoma esta idea de la siguiente manera:

"Al decir 'tengo una preocupación', en vez de 'me siento preocupado', se elimina la experiencia subjetiva: el yo de la experiencia se ve reemplazado por la posesión. Transformo mi entimiento en algo que poseo: la preocupación; pero 'preocuparse' es una expresión abstracta que se aplica a todo tipo de dificultades. No puedo tener una preocupación, porque no la puedo posser; sin embargo, ésta puede poseerme. Es decir, transformo mi yo en 'una preocupación' y soy poseído por mi creación. Esta manera de hablar revela una alienación oculta, inconsciente. (...)

Si hablo de 'tener insomnio' en vez de decir 'no puedo dormir', revelo mi deseo de eliminar la expericencia de angustia, inquietud, tensión que me impide dormir, y tratar el fenómeno mental como si fuera un síntoma corporal."

Sería lógico pensar que los procesos y las actividades no pueden poseerse, sólo pueden realizarse. Y, sin embargo, en la sociedad actual en la que vivimos parece que tener es una función normal de la vida: para vivir, debemos tener cosas.

La literatura y la filosofía han tratado de sugerirnos esta dualidad engañosa con el fin de despertar nuestra mente adormecida. A principios del s.XIX, se publicaba Fausto. Goetheacervo enemigo de la deshumanización y la mecanización incipiente de su época, crea una descripción dramática del conflicto entre el ser y tener (esto último representado por Mefistófeles). Por otro lado, el pensamiento budista, la última moda occidental para resolver la ecuación de la felicidad, nos dice que, para alcanzar la etapa más elevada del desarrollo humano, no debemos anhelar posesiones. Una idea sin duda descabellada para la sociedad de consumo en la que nos encontramos. 

Como siempre, la clave está en el equilibrio, en la búsqueda de ese específico "punto medio" intrínseco a cada uno de nosotros.
Aunque hay cosas para las que no existe ese "punto medio", y el amor es una de ellas:

"El amor no es algo que se pueda tener, sino un proceso, una actividad interior a la que se está sujeto. Puedo amar, puedo estar enamorado, pero, al amar, no tengo... nada. De hecho, cuanto menos tenga, más puedo amar."