Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

martes, 10 de diciembre de 2013

Kanak, l'art est une parole


El término "kanak", o canaco, significa hombre libre, ser humano. Los canacos fueron los primeros pobladores de Nueva Caledonia,
un archipiélago de Oceanía situado al este de Australia, y al norte de Nueva Zelanda.



 Los canacos hicieron honor a su nombre "hombres libres" hasta que su isla fue descubierta por James Cook en 1774, el cual la nombró como New Caledonia, en honor a las Tierras Altas de Escocia que los romanos llamaban "Caledonia". 

A partir de entonces, numerosos misioneros y comerciantes comenzaron a llegar a la isla, aportando su cultura y costumbres y erradicando con ellas una gran parte de sus costumbre y tradiciones. Fue a comienzos del siglo XIX, cuando Nueva Caledonia empezó a formar parte del imperio de ultramar francés, convirtiéndose en una colonia penal hasta el siglo XX.


La exposición "Kanak, l'art est une parole" del museo quai Branly nos ofrece un paseo por su historia, antes y durante su colonización. Desde los cuadernos ilustrados del capitán Cook mostrando sus construcciones, paisajes y costumbres vírgenes, hasta la paulatina y silenciosa invasión de colonos y sacerdotes, y su pugna por la transformación de sus tradiciones paganas en pos del politicamente correcto "savoir faire" de occidente. 

En conjunto, la base de la cultura kanak nos enseña a abordar con respeto y humildad a nuestros semejantes, definiendo un "acte d'échange non duelliste" donde hablar y escuchar son dos funciones casi sagradas. 

Y pasear entre las innumerables y colosales tallas de madera esparcidas por las salas. Tótems, enormes puertas talladas, flechas, mazas y hachas, esculpturas y ornamentos. Impresionantes máscaras de un profundo realismo talladas en madera y adornadas con plumas, abalorios, y cabello humano. Tocados elaborados con plumas, jade y una elegante cestería. 

Un paraíso azul que nos está esperando.


Y que, afortunadamente, cada vez está más cerca, pues el 2014 promete. 


Una exposición que trata, finalemente, de coinciliar dos puntos de vista antagónicos y en numerosos aspectos negativos: el del Kanak y el nuestro, ya seamos marinos, colonos, misionarios o, simplemente, turistas. 

En el museo del quai branly, hasta el 26 de enero de 2014.




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