Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

miércoles, 20 de abril de 2011

Rêves

Realidad y ficción.

Verdad y mentira.

Es màs que complicado y muy duro renunciar a los sueños. Sobre todo cuando esos sueños, mis sueños, no son màs que pedacitos de una romàntica locura. Y sin embargo, ¿podrían igualmente llamarse sueños si fueran fàciles de alcanzar?

Releo la lista de planes imposibles situada a mi izquierda. Algunos son màs difíciles que otros, pero nada es imposible, creo que el ser humano està dotado de suficientes capacidades para llevar a cabo TODO lo que se propone, solo hace falta quererlo, creerlo.

¿Y se pueden romper los sueños? ¿Arrancarlos de cuajo como quien arranca las hojas de un libreta? Hay sueños que no estàn escritos en ninguna parte sino que se mantienen firmemente anclados en nuestro interior, y esos, nada ni nadie puede acabar con ellos. ¿Reconstruir o construir de cero? ¿Buscamos los mismos sueños de antes, es posible traerlos de vuelta?


Demasiadas preguntas sin respuesta.

Porque no siempre se consigue soñar despierto, se debe de intentar cerrar los ojos y soñar dormido, aprovechando en cada pause midi el cálido aliento de la primavera y sentir los rayos del sol posarse en la piel cual bálsamo reconfortante.

Y, sobre todo, seguir soñando. Pase lo que pase.



Por ti he sabido yo
cómo era
el rostro de un sueño: sólo ojos.
La cara de los sueños mirada
pura es, viene derecha, diciendo:
"A ti te escojo, a ti, entre todas"
como lo dice el rayo o la fortuna.
Un sueño me eligió desde sus ojos,
que me parecerán siempre los tuyos.
(...)
He sabido por tí de qué color
es la sangre de un sueño.
Yo la he visto cuando un día
le abriste tú las venas escapar dulcemente, sin prisa,
como el día más hermoso de abril, que no quisiera
morirse tan temprano y se desangra, despacio, triste,
recordando la dicha de su vida:
su aurora, su mañana, sin rescate.


viernes, 15 de abril de 2011

Courageuse


Hace tiempo hablamos de
courage, ahora hablaremos de mi courage.

Un
courage que aparecía y desaparecía como los ojos del Guadiana. Un courage indeciso, trasnochador, algo inestable, desbocado, pero de voluntad desafiante.

Un courage que se enfrenta al pasado para aprender de él y mejorarlo, para dar una oportunidad a un futuro mejor. Que no tiene miedo a la distancia, porque 3 horas pueden ser 3 minutos si así se lo hace entender el corazón a la cabeza. El poder de percepción relativa de la realidad presente en cada uno de nosotros, un arma a utilizar con cierta mesura. A
ñadir a nuestra prudencia un gramo de locura. Mezclado, no agitado, tiernamente difuminado.

Hay pocas cosas por las que luchar en esta vida que realmente merezcan la pena, si no son el amor y la propia sonrisa
à nous que nace del fondo del alma. Y si todo va bien, son dos bendiciones que siempre van juntas, como Cupido y Psique. Magnífica obra de Antonio Canova a nuestra disposición en el Louvre.


Puedo escribir los versos màs...
esperanzadores esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche està estrellada,
y tiritan, azules, los astros a lo lejos".
El viento de noche gira en el cielo y canta.
La misma noche que hace blanquear los mismos àrboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Somos mejores, màs libres y maduros.
Como para acercarlo mi mirada lo busca,
mi corazón lo busca, lo encuentra en un puerto seguro.
Puede que este sea el fin de una era oscura,
y estos sean los versos luminosos que de nuevo escribo.

jueves, 7 de abril de 2011

Pour toujours


Et le tout petit arbre s'est envolé.

Y aunque sé que la he dejado en buenas manos, el caso es que ya no està aquí. Y aunque me puedo consolar inmaginàndomela feliz y contenta en Madrid, quién me consuela a mí en París?

Y desde que yo era
toute petite me enseñaron lo importante que es ser agradecida.
Por ello, gracias por aumentar mi vocabulario en español, por el bagage cultural en tema de happy hours eternas y bistrots donde comer bien y barato, por ayudar siempre sin necesidad de pedírtelo, por todas las ideas interminables de cosas que hacer
à Paris, por hacer la mejor sangría del mundo, por un grito inconfundible, por responder a mis miles de planes simultàneos e imposibles con una sonrisa, por llamarme y re-llamarme las veces que haga falta, por enfadarte durante espacios de tiempo de màximo cinco minutos, escucharme, animarme y el resto "que se peinen".

Tombe-t-on en amitié comme on tombe en amour ?
Hay veces que sí, como ocurrió un jueves en el 4 de la rue du Faubourg Saint-Martin. Mi primera semana en París y una acogida à bras ouverts.
Era una torbellino de energía, una perenne sonrisa acentuada ante la presencia de tres letras (E de Elena, D de Díaz y la Última que no tiene pérdida) y una amiga incondicional. Y lo seguirà siendo, esté donde esté y vaya donde vaya. Nos vemos en Getafe, a la salida del concierto de Ne-yo o, aùn mejor, en la nostra futura casita con jardín.




"Un ami est celui qui vous laisse l'entière liberté d'être vous-même".
Jim Morrison

lunes, 4 de abril de 2011

L'éphémère


Me encanta la belleza de las cosas efímeras.

La belleza de un instante que no se repetirá jamás y que propone el reto de apreciarla muy brevemente en su total unicidad y de forma espontánea, ecléctica, para luego saborear lentamente su recuerdo.


Como la de las pompas de jabón perfiladas por un prisma de colores que un tout petit enfant no para de crear y que el viento estrella contra mí. Un frío pero tierno viento de transición entre el invierno y la primavera. Las estufas de los bares en cada esquina y en cada terraza ayudan a atemperar el ambiente. Todo aquí es acogedor. Las calles, la gente, incluso el invierno, que ha pasado por delante de mis ojos casi sin darme cuenta, casi con placer. Nada que ver con el invierno alemán.

Inspiro.
Voces infantiles, el murmullo de una cascada de conversaciones diferentes, el resonar de los pasos sobre un suelo de arena y piedrecillas.
Expiro.

Sol y un cielo azul impeccable. "Nantes" Beirut en mis oídos.

Sonrío.

Y confieso que desde entonces en el bolsillo derecho de mi abrigo se encuentra, ya de forma perenne, un "truc pour faire des bulles à savon", para que, en cualquier momento, sin distinción (pause midi, esperando el bus, desde una terraza, mirando las luces del río, haciendo turismo, en un bar de noche...), pueda comenzar a jugar como ese niño y relajarme con la aleatoria trayectoria efímera de las burbujas.

Y yo hago continuamente pompas de jabón no porque adolezca del síndrome de Peter Pan, pues no me asusta crecer; es más me gusta, me encanta ver pasar el tiempo a través de mí, transformarme, moldearme, definirme a mi más puro estilo. Hago pompas de jabón porque me gusta jugar. Porque si hay algo a lo que me resisto con todas mis fuerzas es a envejecer. No pienso que dejemos de jugar porque nos hacemos mayores, al contrario, empezamos a envejecer cuando dejamos de jugar, cuando olvidamos el sentimiento de plena despreocupación de un momento, cuando no conseguimos rescatar nuestra sonrisa más inocentemente intrínseca. Cuando no conseguimos encontrar a ese niño que todos llevamos dentro y que es ese huracán rejuvenecedor el cual, esperando ser despertado, descansa en nuestras entrañas.

"Les enfants sont sans passé et c'est tout le mystère de l'innocence magique de leur sourire"
M. Kundera

"La patria del hombre es la infancia"
Manuel Rivas