Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

viernes, 27 de julio de 2012

As rías altas


Ni Freggene, ni Paradise, ni Perivolos ni Cascais... Después de un pequeño recorrido por algunas de las más calurosas playas de Europa y ser recibida por el efímero e inconstante sol da miña terra galega todo lo demás es eclipsado y banalizado.


Y es que el hecho de viajar, esa inquietud innata que me corroe, ese afán desmesurado por descubrir, al fin y al cabo solo sirve para confirmarme que al final del camino, en el momento de alcanzar mi meta, no hay nada comparable a la belleza de las rías gallegas.

El antes y el después de la mano mágica de la marea y los resultados de la caprichosa erosión de la naturaleza.


Desde A Coruña hasta Ribadeo, con parada en la magnífica praia das Catedrais para disfrutar de su encanto marea alta versus marea baja. 

Del mar Cantábrico al océano Atlántico, cuya separación la define el cabo de Estaca de Bares, que además de ser el punto más septentrional de la península Ibérica, sus acantilados constituyen un marco incomparable para uno de los más hermosos observatorios ornitológicos.

Y entre Estaca de Bares y el Cabo Ortegal, la ría de Ortigueira, a la que da vida el río Mera. Y allí cumplir una promesa y saludar a mi querido duendecillo, con la promesa de un reencuentro en Morouzos. Y continuar por la ría de Cedeira, que aúna las desembocaduras de los ríos Condomiñas, Das Mestas y Forcadas. Con una pequeña parada na praia de Pantín donde deleitar la vista con un magnífico oleaje, pues no en vano dicha playa acoje cada año el campeonato del mundo de surf.

Todo aderezado con un recorrido en bici a lo largo y ancho de la bahía coruñesa donde dejar al viento peinarme a su antojo en lo alto del faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo, un concierto improvisado de gaitas donde brindar con crema de oruxo y licor café, correr para disfrutar de cerca los segundos ingrávidos de un perfecto atardecer, pasear bajo el encanto de una feria medieval, una barbacoa de carne infinita y la mejor tortilla casera con pementos de padrón (uns picaron, outros, menos mal, non). Y, lo más importante, todo aderezado con la compañía de la familia y amigos.

Miña terra galega. A veces, qué duro es estar lejos de ti.



sábado, 21 de julio de 2012

SOS

La manera más elegante de tapar una boca es besarla. 

Un beso es ese segundo en el que pierdes las referencias, en el que das varias vueltas al mundo, en el que confundes izquierdas con derechas, en el que tu centro de gravedad está en el corazón del otro. Un beso es el imán de dos deseos. Es la herida del amor. Es una tormenta de cometas. 

¿Por qué cerramos los ojos al besar? Porque es un instante para soñar. 

Los besos en plural son la mejor señal de emergencia del ser humano: beSOS.

martes, 17 de julio de 2012

Lisbonne - Optimus


Y buscando de nuevo el sol con la avidez de las plantas aterricé en la capital lusa.

Lisboa y sus paredes cuarteadas de colorida decadencia: amarillo, azul, blanco, marrón, verde o rosado. Sus adoquines alfombrando las calles de mosaicos. Sus tejados de raídas tejas donde pugnan por florecer pequeños arbustos, arbolillos y matorrales sin miedo a las alturas, corroborando que a partir de lo viejo también puede florecer lo nuevo.
Un magnífico hostal fuera de lo común donde saborear el desayuno en una soleada terraza con vistas al Tajo y al puente 25 de abril, con unas salas comunes de ensueño aunando una lámpara de araña sobre una reluciente mesa de billar, unos geniales sofás de siesta donde descansa una guitarra, donde despertarse con un pie en un jardín lleno de puffs y hamacas, donde, simplemente cerrar los ojos frente a un cielo azul casi transparente y respirar hondo y dejarse envolver por el suave vaivén de la hamaca. El Lisb'on hostel, en pleno corazón de Baixa-Chiado, encarecidamente recomendado.

Un festival junto al río donde las temperaturas bajan exponencialmente al caer la noche, menos mal que en una de ellas Robert salió a bailar, y lo hizo fenomenal. Donde las colas estaban a la orden del día y el Beerman se convirtió en una especie en peligro de extinción. Donde los cambios de registro fueron sonados (Snow Patrol - Justice) y The Cure acabó con toda resistencia yayez tras tres horas de concierto y ningún boys don't cry. Donde Morcheeba sí que nos obsequió con su you and me in harmony, y encendió una chispa de alegría para sobrevivir a la melancolía de Radiohead y disfrutar de su puesta en escena y su impecable melodía. Eso sí, tampoco hubo creep pero nosotras nos "deslizamos" hacia nuestro proprio concierto privado.


Una excursión a Cascais donde saborear por fin el añorado océano Atlántico, y sentir cada gota salada clavándose cual espina helada. Y donde añorar también el caluroso mar Egeo o Mediterráneo.

Cuatro personajas con ganas de desconectar, de verse y de reírse cuando "no entiendo nada". De buscar la cabra indispensable del festival. Mis tres diosas de la tontuna capaces de contar un chiste durante tres días y disfrutarlo todavía más que la primera vez, el cual aún ahora lo pienso y se me escapa una risa velada. Y asi se juntó todo: la coqueta con el melão com presunto, el PH y el sombrero cool. Y, francamente, el resultado no podía ser mejor.


martes, 10 de julio de 2012

Les îles Cyclades


Blanco y azul aguamarina.
Blanco y azul turquesa.
Blanco y azul bohemio.

Blanco y azul ciclado.

Un mar egeo desplegando todas las tonalidades de azul de su inmensa paleta. Un sol resplandeciente aunando fuerzas con un viento constante e implacable. Un grupo de intrépidos capaces de compaginar el sabor de la fermentación de la cebada con el salitre desde las "estáticas" hamacas de la playa. Unos paisajes de esos que cortan la respiración y se convierten en marcos incomparables para una sesión de postureo.

De Mykonos, isla de farra por
excelencia, a Santorini, donde la belleza se congela en cada atardecer y renace cada mañana en el azul del mar y el blanco almidonado de sus edificios.

De Tropicana a Fira. Del mayor desfase a una terraza santuario del sosiego. De una discoteca al borde del acantilado a la caída vertiginosa de los pueblecitos de casas blancas incrustadas en la roca. De la arena fina miconiense a los guijarros-piedrecitas-rocas multiformes y multicores de la Red Beach, Perivolos, Perissa y Kamari.

De Fira a Oia. De las mágicas luces nocturnas de bares y hostales a la mejor puesta de sol que han contemplado mis ojos hasta el momento. (Y si, no será por lugares que faltan por descubrir y momentos que aún quedan por acudir, buscar, esperar!)

La completa imprevisión e improvisación de unos quads bajo la única y más que nunca lejana luz de las estrellas para darle un toque de aventura, emoción y "riesgo" al viaje.


Y confundir παρακαλώ con Barakaldo, y ευχαριστίες con Evaristo, siempre con el salvoconducto de una ingenua sonrisa. Pedir una greek salad sin necesidad de consultar el menú, y de postre un yogurt griego sin pestañear. Y las pitas, de dos en dos. Abrasar nuestra ansia de gula con la Mousaka. Aunar Mithos con Moët y coktail "sorpresa" de tamaño familiar con la mayor naturalidad. Y despertar tras una intensa noche de farra con "la radio" y su especial de mañana "vamos a la playa". Saltar de la cama a la piscina al despertar, y de la piscina al apéro con un magnífico Castelli al anochecer. Improvisar un festín regado con Sigalas en el jardín de ensueño del restaurante Pelican. Disfrutar de la sabiduría popular en una sencilla terraza, y resumir la filosofía de la semana ciclada en una sencilla frase "hay una vida mejor pero es más cara, y hay otra vida peor pero ya no es vida".


Degustar ese primer sorbo fresco y revitalizante de Mithos frente al mar Egeo en la miconiense terraza Veranda. Dejarse invadir por una vigorizante sensación de romántica libertad ante dos sublimes anocheceres en Santorini. La vista descansando en el horizonte y el sol a nuestros pies en Calderas. La puesta de sol en Oia, en lo alto de una antigua torre abandonada en el extremo más septentrional de la isla, cuya impronta solar quedó grabada en nuestras retinas y que ha pasado a englosar esa lista de momentos personales e intransferibles dotados de una inefable levedad.

Efgaristo a Arts, Berts, Gloria, Juan, Páez, Vidas y Xavi por el aporte personal de cada uno y en su conjunto a una semana increíble llena de cantidantes ingentes de BR y mucho mucho good feeling (oh oh sometimes)!

lunes, 2 de julio de 2012

La nuit sur l'Erdre


Magnífico verdor de Bretagne. Donde limpiar los pulmones del polvo de asfalto de París, y disfrutar como les tous petits jugando en un inmenso jardín. Donde amanecer con los diamantes del rocío sobre la tienda de campaña, y sentir la brisa nocturna adornando el silencio de la noche estrellada. 

Magnífico Manu Chao.  
 

La perfecta combinación entre una guitarra acústica de poética melodía con un bajo, otra guitarra y una batería sacudiendo el escenario de una forma especial, única.

Donde la espontaneidad y el buen humor son dos protagonistas de ese pase lo que pase, sea lo que sea, a tu manera!




Un directo espectacular bajo las estrellas en la noche de l'Erdre. De esos que "ça donne la pêche" y te deja con "la banane" durante toda la soirée.

Si me das a elegir
Entre tú y mis ideas
Que yo sin ellas
Soy un hombre perdido

Si me das a elegir
Entre tú y ese cielo
Donde libre es el vuelo
Para llegar a otros nidos
Si me das a elegir
Me quedo contigo


Pues me enamorado
Y te quiero y te quiero
Y solo deseo
Estar a tu lado
Soñar con tus ojos
Besarte los labios


Letras donde todo tiene cabida: la esperanza en la última estación, la denuncia social y un entrañable, sencillo e inagotable, romanticismo.