Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La rose des vents


A veces nos perdemos, ¿qué hacer entonces?

Un hombre va a intentar apañárselas como pueda, la mujer preguntará enseguida. Ninguno va a entender por qué el otro hace lo que hace ante un problema de ese tipo. Así estamos hechos y así debemos aceptarlo con una sonrisa.

Sin embargo, más allá de la clásica guerra de sexos de la que estamos aburridos de escuchar, insisto: nos perdemos, no tenemos ni idea de cómo retomar el rumbo, el terreno que pisamos es inhóspito e inexplorado. Estamos solos, no tenemos a nadie. ¿Qué hacemos entonces?

Las posibilidades son numerosas. Desplegamos un mapa, le preguntamos a google maps, estudiamos la posición del sol, de la estrellas si es de noche, analizamos la ruta de las aves migratorias, buscamos esos carteles de la carretera indicando direcciones y distancia, buscamos una oficina de información y turismo...

Antiguamente, los aventureros y alocados marinos se lanzaban a travesar el océano Atlántico sin la seguridad de un GPS, con tan solo una sencilla rosa de los vientos con la que analizar el horizonte, coronada por una flor de lis para no perder nunca el norte.

El océano es complicado, tumultuoso, insondable... Se muestra a veces tranquilo como también es capaz de desencadenar, súbitamente, la tempestad más cruel, la tragedia más desgarradora. Posee un fondo oscuro pero es transparente en su superficie. Como la vida. Es por ello que debemos en ocasiones sacar la Rosa de los Vientos que llevamos anclada en el corazón para no perdernos, y también para encontrarnos cuando ya no somos capaces de orientarnos.

Las circunstancias pueden ser difíciles en cualquier momento, y esa brújula que todos tenemos es la única capaz de apuntar hacia el presente y proporcionarnos la satisfacción de estar haciendo lo correcto, puesto que no se es más feliz por huir de los problemas o por eludir responsabilidades, sino por cómo se encaran esas dificultades. Estar perdido no es para nada productivo, sacar esa rosa de los vientos intrínseca a cada uno es lo único que produce el equilibrio emocional capaz de enfrentarlo todo.

Una rosa de los vientos que puede ser una persona, unos versos, un recuerdo feliz, un sueño, un proyecto, una película, una promesa, un dibujo, una canción o algo tan simple como una mirada. Cada uno tenemos nuestra propia brújula, la cual es diferente según la persona y no debemos dudar en utilizarla cuando nos hemos perdido, pues para algo la llevamos siempre con nosotros.






No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa.
(...)
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
(...)
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...



3 comentarios:

  1. Una entrada magnífica. Voy a descorchar una botella de mi rosa de los vientos de fin de semana y a brindar por ella. :)

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  2. precioso post Rosa!!!no tengo palabras para describir la sensación al leer el post y la sonrisa generada por él....sigue así!!un besazo!!xD

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Reflexiones espontáneas