Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

viernes, 21 de diciembre de 2012

Aurora borealis

Cuenta una anciana leyenda finlandesa que los zorros árticos corrían por los montes lapones golpeando la nieve con sus colas. La inaudita velocidad de su carrera hacía soltar chispas en cada golpe con la nieve, dando lugar a un espectáculo de luces brillantes en el cielo, es decir, las auroras boreales.


Según los antiguos griegos, Aurora, diosa del amanecer, se enamoró perdidamente de Bóreas, el dios del viento del norte, y como consecuencia de su unión en el firmamento surgió un amor tan tan tan bello que para inmortalizarlo nacieron las auras boreales en el cielo.

No sé vosotros, pero si el mundo no se acaba, como así espero que sea, no pienso morirme sin ver antes el cielo vestido de rojo, verde y azul plateado.


Donde la poesía es de colores y baila al ritmo de Bóreas.



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Reflexiones espontáneas