Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

sábado, 22 de marzo de 2014

Paris insolite (II)


Salir de casa queriendo ver una exposición. No queriendo hacer la cola, ir a ver otra, sin saber todavía cuál.

Vélib bajo el sol de París. Antojo de pizza aux truffes en una pequeña tratoria siciliana de la rue Montorgueil. Cruzar ensuite el barrio de Sentier hasta los Grands Boulevards.  



Callejeo de rue Montergueil, rue Saint Denis, rue des petits carraux, rue de Cléry, rue de Hauteville, esas calles beatíficas tan incomprensiblemente inmunizadas del fragor de coches y la vorágine parisina. Llenas de boutiques insolites y pequeñas tiendas de épicerie fine, en donde el tiempo se detiene para degustar un buen vino y un pedazo de salchichón fait maison. Pequeño vistazo al Hôtel Bohème, y desembocar finalmente en el faubourg Poissonière. Tropezar con una librería d'occasion y proseguir la ruta con Ionesco, Le malade imaginaire, Le portrait de Dorian Grey, La jeune fille de la perle y solo tres euros menos en el bolsillo (algo que sin duda es barato en París, son los libros. Sin olvidar las pintas en happy hour). Antojo de helado y café y de hojear esas nuevas adquisiciones.


Continuar la ruta hacia el 17éme, Iéna. Bajar por la avenida du Président Wilson y descubrir el Palais Galliera, magnífica construcción neo-renacentista coronada por una tiara de columnas helénicas. Esta antigua sala de exposiciones de pinturas, ahora consagrada a la moda, guarda el honor de haber albergado en sus muros obras de Utrillo, Rouault, Matisse, Chagall, Buffet, Picasso, Léger, Braque, Kisling, Gromaire 


Y finalmente llegar a nuestro destino, un templo al arte contemporáneo, el Palais de Tokyo. Considerable edificio de la época colonial, de gigantescas columnas custodiando una terraza con vistas al Sena y a la torre Eiffel.




Que si a finales de este año voy a echar de menos París? Eso me dicen, cada vez más a menudo.

Releo este post y me doy cuenta de que lo voy a echar de menos mucho, muchísimo.



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Reflexiones espontáneas