Esto era un sueño, un primer trabajo y una nueva vida. Una crêpe de chocolate ante una sonrisa azul que escucha una melodía envolvente mientras se pierde románticamente por las calles y entre las páginas de cualquier libro...

lunes, 14 de marzo de 2011

De l'amour (I)


Hay un muro en Paris donde està escrito je t'aime en todas las lenguas conocidas y desconocidas... Yo aùn no he ido y confieso que me muero de ganas. Sé que es un estùpido muro y una entrañable atracción de turistas de segundo plano, pero yo quiero ir. No por el muro en sí, sino por lo que representa. Y es que me muero de ganas de que llegue ese momento de la mano de la persona adecuada.

Es fàcil decir "te quiero"... y es todavía màs fàcil escribirlo a la sombra de un teclado o de un papel, y es que querer,
aimer, love, lieben, amare es un verbo regular y por tanto fàcil de conjugar en, me aventuraría a afirmar, casi todas las lenguas. Y por tanto muy a menudo soltamos esa frase sin ser conscientes del gran sentimiento que acarrean, o podrían acarrear, dichas palabras.

Porque por mucho que yo defienda y confíe en el poder de la palabra escrita, creo que para el amor las palabras estàn vacías sin hechos que las respalden, sin el continuo movimiento de la renovación y progreso que proporciona cada una de nuestras acciones.



Es también fàcil decir "para siempre", "por siempre", o dejar caer un "sempre con te" como epíteto a nuestra rùbrica. Y sin embargo, ¿adónde van todas esas promesas de amor eterno no realizadas? ¿Dónde se encuentra ese inmenso olvido que dulcemente las acoje en su seno y las deja en un limbo de esperanza desde donde esperan ser reclamadas? Hay quienes piensan que ya es de valientes el decir "para siempre", mas yo creo que la verdadera valentía rebosa en llevarlo a cabo, en no permitir que sean de nouveau palabras consumidas por la nada.

Y de ahí pasamos a la gran pregunta de: ¿adónde va el amor cuàndo se acaba? Y si era realmente amor de verdad, ¿verdaderamente se acaba?

El amor no se termina, se esconde, se aparta cuando no se siente apreciado, se refugia cuando se siente golpeado. Somos nosotros quienes lo alejamos de nuestro camino con ira, celos, miedo e inseguridades; y por tanto de nosotros depende encontrarlo, restituirlo y fortalecerlo, de nosotros depende amarlo.

Y mientras contemplamos cómo se aleja sin hacer nada por evitarlo, nos inventamos mil excusas y nos concentramos en el autoconsuelo, en una desoladora lamentación y dejamos correr un tupido velo de desesperanza. Y esperamos a que otra persona se cruce en nuestro camino y de nuevo sea capaz de llenarnos de euforia y de hacer renacer esa ilusión intrínseca a cada uno a la que hemos renegado.
Et là, l'histoire recommence. A veces hay suerte y si todo va bien y alcanzamos la clarividencia de la madurez emocional conseguimos aunar fuerzas para conservar el amor y la historia no se acaba nunca... No obstante, la mayoría de las veces el ciclo de enamoramiento desenfrenado-decepción-dolor-negación-enamoramiento no se acaba nunca. He ahí el drama del ser humano.

Porque al amor hay que hablarle, escucharle, en resumen hay que dedicarle tiempo. Como un trabajo en el que nos esforzamos para progresar y ascender, sólo que es el trabajo màs agradable de todos... o al menos así debería serlo.

Y que no se malinterpreten estas palabras, pues son palabras cargadas de esperanza, de ganas de aprender de los errores, de mejorarse cada día. De ganas de vivir un ciclo sin fin de enamoramiento desenfrenado-enamoramiento pausado-conocimiento-amor eterno. O al menos de intentarlo.


No camines delante de mí porque podría no seguirte.
No camines detrás de mí, porque podría perderte.
No camines debajo de mí, porque podría pisarte.
No camines encima de mí, porque podría sentir que me pesas.
Camina a mi lado, porque somos iguales.


3 comentarios:

  1. La mejor entrada que has escrito y que yo haya leído nunca. Me quito el cráneo. Aparte de la belleza del texto per se, derrocha razón sobre un tema más humano que nuestra naturaleza misma y tan complejo que es inabarcable e incognoscible, sobre el cual jamás tendremos la certeza de la sabiduría plena. Es un campo en el que no hay erudición. No hay respuesta, o al menos no es única e universal, a tus preguntas.

    A mi juicio el amor es un estado patológico del cerebro, una enfermedad mental, cuya intensidad varía y que puede ser transitoria o crónica, dependiendo del individuo y la reciprocidad. Lo cual no significa que no envidie a los que padecen dicha enfermedad mental, o que no ansíe sufrirla de forma mutua aunque sea durante un período de tiempo más allá de un par de semanas.

    Suerte en tu búsqueda vital. Ojala salgas del bucle.

    ResponderEliminar
  2. Rosa de mi vida...ven a vernos, y yo te bailo. No será uno de tus sueños completos, pero algo es, ¿verdad? ;)

    Te echo de menos

    Thel

    ResponderEliminar
  3. Las palabras nunca serán suficientes ni aproximadas al sentimiento en cuestión, pero tu descripción ha sido de lo mejor que he oído nunca. Nos deseo suerte a todos en ese camino y que compartamos las alegrías y las penas del mismo! :)

    ResponderEliminar

Reflexiones espontáneas